Almirante Brown: Chicanas y denuncias por robo de boletas

Las acusaciones no opacaron la elección; amplio triunfo de Massa
Con denuncias de "avivadas" electorales que no llegaban a sacudir la modorra de un desenlace anunciado, la jornada de votación transcurrió sin grandes sobresaltos en Almirante Brown, el distrito que gobierna Darío Giustozzi, el intendente que dio el salto más sorpresivo del kirchnerismo al massismo, con un éxito rotundo.

Desde temprano, representantes del Frente para la Victoria (FPV) y el Frente Progresista Cívico y Social (Fpcys) denunciaron el robo de boletas en escuelas de Adrogué, Burzaco y otras localidades; el primer candidato a concejal por el FPV, Mariano Cascallares (actual presidente del Instituto de Previsión Social bonaerense), dijo que boletas de su partido habían sido reemplazadas por las de precandidatos, impresas para las primarias de agosto.

Desde el denarvaísmo, en tanto, denunciaban que en la escuela 32 de Rafael Calzada los efectivos encargados de la seguridad no habían dejado ingresar a las autoridades de mesa ni a los fiscales de los partidos. "Sí, es verdad, no dejaban pasar a nadie. Yo les dije: «Pero ¿por qué hacen esto?». Y me dijeron que era porque en Monte Chingolo los habían agredido. Abrieron la escuela y la gente los escupió", dijo Malva Cepeda Bravo, presidenta en una mesa de esa escuela.

En efecto, algunos efectivos del Ejército Argentino que custodiaban los comicios en la escuela 32 habían hecho lo mismo, durante las primarias, en un establecimiento de esa localidad del partido de Lanús. Esta vez extremaron los recaudos y no se produjo ningún incidente. El panorama de tranquilidad se repitió en las 125 escuelas del distrito.

"No tuvimos problemas, sólo un incidente con un borracho", detalló una fuente del Frente Renovador. "¿Agredió a las autoridades de mesa?", preguntó este cronista. "¡No! ¡Él era el presidente de mesa!", fue la respuesta.

En la mayoría de las escuelas la gente concurrió a las urnas gradualmente y no se formaron grandes colas. "¿Sabés qué pasa? Hay poco compromiso. Acá hay siete mesas y un solo presidente. Todos los demás somos suplentes", dijo Gabriel Godoy, mientras revisaba su planilla, en la escuela de Calzada. En la escuela 3 de Burzaco, una de las más grandes del distrito, la cosa transcurría a buen ritmo. "Tardan dos minutos en votar. En las primarias era todo nuevo; ahora la gente ya viene más segura y hasta trae el troquel de la elección anterior, que nos permite encontrarla más rápido", explicó Néstor Ávila, presidente de una de las quince mesas.

A pocos metros, Antonella Agostino, de 16 años, se ilusionaba con el poder estrenado este año: el del voto. "Nos da el poder de cambiar las cosas", dijo. Su hermana melliza, Micaela, destacaba que con el voto "podés hacer un cambio", pero reconocía que había votado "al menos peor".

La sede distrital del sector de Giustozzi reflejaba el súbito cambio que ha tenido en ese distrito el panorama político. La fachada afirma categóricamente que se trata de la sede del Partido Justicialista, pero los afiches colocados dentro y fuera, con la cara del intendente junto a la de Massa, identifican al Frente Renovador. Allí mismo, el pasado 26 de julio hubo una trifulca entre militantes del FR y del kirchnerismo. Leila Lazota, la secretaria privada del jefe comunal y secretaria de Modernización del Estado municipal es todavía consejera provincial del PJ. "Todavía. Vamos a ver qué pasa en las próximas semanas", bromeaba ayer, mientras esperaba el veredicto de las urnas.

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