Una alimentación baja en grasas y colesterol ayuda a prevenir infartos

Sabido es que la mayoría de las enfermedades del corazón se pueden prevenir si se lleva un estilo de vida saludable, en lo que está incluido una alimentación sana, baja en grasas y colesterol y también si va acompañado de una actividad física aeróbica con continuidad.
Para interiorizarnos más sobre cómo debe ser una alimentación sana, el doctor Gustavo Casas, quien es médico cardiólogo y a su vez integrante de Propia (Programa de Prevención del Infarto en Argentina), señaló que “un consejo sería que las amas de casa, para una alimentación saludable, se acostumbren a leer las etiquetas de los alimentos. El Código Alimentario Argentino exige detallar la proporción de proteínas, grasas, hidratos de carbono, contenido de sal, todo lo que traen los alimentos, entonces si se lee eso, se pueden informar sobre qué es lo que están comiendo”.

Grasas buenas y malas

El facultativo resaltó que “hay grasas buenas y grasas malas. Las buenas son todas las derivadas del reino vegetal, como los aceites, que tienen ácidos grasos poliinsaturados y monoinsaturados que favorecen al organismo y el metabolismo lipídico, mientras que las grasas malas son el colesterol, que es una grasa exclusivamente de origen animal, que está mucho en los lácteos enteros, en la yema del huevo o en las carnes rojas” y agregó que “el porqué el colesterol es malo, es debido a que la alimentación nuestra suele ser en exceso y cuando eso comienza desde chico, esos excesos se van depositando en las paredes de las arterias”.

Manifestó también que “muchas veces las etiquetas de los alimentos dicen sin colesterol, pero hay que leer también, si dice que tiene un porcentaje de grasa saturada, eso también se convierte en colesterol en el organismo y lo mismo sucede cuando los aceites se someten al calor, la mayor parte se satura, se rompen ciertos enlaces y se producen unos ácidos grasos que se llaman trans, es por eso que también, cuando en una etiqueta dice que tiene ácidos grasos trans, también es colesterol”.

Todos tenemos colesterol

Explicó además que “el colesterol, en cierto porcentaje que todos tenemos, es bueno, el problema es el exceso, porque eso se deposita en las arterias, se oxida, se hace un proceso inflamatorio en la pared de la arteria, que se llama aterosclerosis, que crea una placa de grasa y eso va produciendo una serie de dificultades, que genera el infarto de miocardio”.

Volviendo a los alimentos, Gustavo Casas aseveró que “los aceites son buenos, en especial es recomendable utilizar el aceite de oliva o ahora también hay un aceite de girasol alto oleico y para bajar el exceso de colesterol, lo aconsejable es disminuir el consumo de alimentos ricos en colesterol. Por ejemplo consumir lácteos descremados, que los niños los pueden hacer a partir de los 3 años, los cortes de carnes rojas que tienen menor contenido de grasa, el pollo sin piel y si es posible de campo, la carne de cerdo también es buena, aunque tampoco en exceso, el pescado y también inclinarse más por el reino vegetal, como las frutas, verduras, de los cinco colores, hortalizas, acostumbrando a los chicos a comer eso”.

También hizo hincapié en la preparación de las comidas, al decir que “en lugar de frituras, utilizar vaporieras o el horno” y acotó que “hay algo que se llama fitoesteroles, que vendría a ser como el colesterol, pero del reino vegetal, entonces comparten el mismo sistema de transporte de intestino. Hay algunos lácteos que traen eso y que disminuye la absorción del colesterol”.

Por último el doctor Casas además aconsejó “disminuir el uso del azúcar y en especial de la sal, no agregarle a las comidas, condimentar con otros productos como orégano, pimienta, limón, y ya hacerlo desde pequeños, para crear el hábito”.

Causa de muerte

De acuerdo con las estadísticas de Salud Pública, las enfermedades cardiovasculares constituyen la principal causa de muerte con un 32% del total. El conocimiento de todo el espectro clínico y su incidencia no sólo concita interés científico y epidemiológico, sino que constituye una información vital para la planificación en salud pública.

De las enfermedades cardiovasculares, la arteriosclerosis coronaria explica la mayor parte de las muertes y de la carga sanitaria y una de sus formas clínicas más frecuentes y agresivas es el infarto agudo de miocardio.

Hay datos inéditos para nuestro país relativos a la incidencia de infarto agudo de miocardio. Aunque se cuenta con diferentes registros hospitalarios previos que aportan datos sobre la evolución natural y los tratamientos, al ser muestras no planificadas de comunidades grandes no permiten estimar de qué población provienen los casos (es decir, el denominador de la incidencia). Los autores identificaron en este estudio todos los casos de infarto agudo de miocardio internados de una población definida de la ciudad de Coronel Suárez, lo que les permitió estimar que el riesgo anual de infarto fue de 9 casos cada 10.000 personas por año y que su letalidad alcanzó el 9%. El registro publicado se orientó a cuantificar la eventual demanda de reperfusión, por lo que se limitó a los infartos que ingresaron en centros hospitalarios dentro de las 24 horas y presentaban elevación del segmento ST.

En nuestro país, si extrapolamos las incidencias por edad y sexo observadas por este estudio para infartos con elevación del segmento ST y las aplicamos a la población distribuida por edad y sexo, mediante estandarización directa, (4) podríamos estimar para ese año 31.435 infartos (23.754 en hombres y 7.681 en mujeres) candidatos a estrategias de reperfusión y una incidencia anual de 8,1 por 10.000 habitantes de todas las edades y de 19 por 10.000 en mayores de 35 años.

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