La alianza de los rivales de Trump pone al rojo vivo la interna republicana

La alianza de los rivales de Trump pone al rojo vivo la interna republicana

Cruz y Kasich acordaron que sólo compita el más fuerte en varios estados para que el magnate no junte los delegados antes de la convención; así, habrá que negociar el candidato

Por Rafael Mathus Ruiz

NUEVA YORK.- No los une el amor, sino el espanto. El dicho, usado hasta el cansancio en política, ha irrumpido en la campaña presidencial de Estados Unidos al convertirse en el nuevo principio rector de la interna de los republicanos.

Ted Cruz y John Kasich, los dos candidatos que han quedado de pie para enfrentar a Donald Trump en las primarias, anunciaron antenoche una alianza para forzar una "convención abierta", la última oportunidad de la ofensiva sin cuartel que ha desplegado el ala tradicional del partido para encumbrar a cualquier otro candidato que no sea Trump.

Cruz, un senador ultraconservador, aborrecido por el establishment, y Kasich, un gobernador moderado, apreciado por el establishment, anunciaron en dos comunicados difundidos antenoche que dividirían sus esfuerzos en tres primarias: Kasich dijo que no invertiría recursos en Indiana y que le dejará ese estado a Cruz, que, a su vez, hará otro tanto en Oregon y Nuevo México. Todo, con el fin de derrotar a Trump.

Pero en una nueva demostración de las divisiones y las dificultades que reinan en el Partido Republicano para enhebrar una estrategia sólida contra el magnate inmobiliario, la alianza quedó rápidamente debilitada por ellos mismos: Kasich dijo ayer que, a pesar del acuerdo, sus seguidores deberían votar por él en Indiana, aunque él no hiciera campaña. Y la campaña de Cruz ofreció por lo bajo un mensaje similar sobre Oregon y Nuevo México.

Trump, por su parte, apenas supo de la ofensiva, explotó en Twitter.

"Mentirosos, Ted y Kasich están matemáticamente muertos y totalmente desesperados", se despachó en la red social. En otro mensaje los acusó de "confabular" para quitarle la nominación presidencial. "¡DESESPERACIÓN!", escribió, en mayúsculas, al final de tuit.

Fue sólo el principio. La campaña de Trump difundió luego un furioso comunicado cargado de comentarios negativos sobre sus rivales. Trump los llamó "títeres" de donantes y lobbistas; dijo que Cruz "no reacciona bien bajo presión"; tildó a Kasich de perdedor -sólo ha ganado un estado de los 41 que ya han votado-, y afirmó que sus campañas "son verdaderamente débiles".

"He traído millones de votantes a la primaria republicana y recibido muchos millones de votos más que Cruz o Kasich", agregó Trump en su comunicado. Nada de eso ha logrado cautivar al partido.

La novedosa estrategia responde, a la vez, a la matemática, la política y las reglas electorales de cada estado en las primarias. El objetivo es sumar la mayor cantidad de delegados posible para impedir que Trump llegue a los 1237 que necesita para ser nominado en la convención partidaria de julio, en Cleveland. Trump es el único candidato con posibilidades de lograrlo, con lo cual un voto por cualquiera de sus dos rivales es, en los hechos, un voto a favor de una "convención abierta".

Pero la estrategia de Cruz y Kasich es, también, arriesgada: Trump puede capitalizar los votos de cualquiera de los dos en los estados donde han decidido abrirse de la contienda.

"Cada candidato haría el mejor uso de sus recursos para acumular el máximo número de delegados al candidato que pueda conseguir", explicó a LA NACION Robert Shapiro, profesor de la Universidad de Columbia. "Podría, sin embargo, trabajar en contra de ellos si en los estados donde se enfoca Cruz hubiera votantes de Kasich a los que no les gusta Cruz y terminaran votando por Trump. Lo mismo a la inversa", agregó.

Trump está en un buen momento. Luego de arrasar en Nueva York, todo indica que se impondrá en las primarias de Pensilvania, Maryland, Connecticut, Delaware y Rhode Island, los cinco estados de la costa este que votarán hoy -también en la interna de los demócratas, donde Hillary Clinton aparece cada vez más sólida- y en donde el perfil del electorado lo favorece. Además lidera los sondeos en Indiana y California.

Como antes Iowa, luego Carolina del Sur y el "supermartes", ahora Indiana ha comenzado a captar la atención de la campaña.

La ventaja de Trump en ese estado es más estrecha, y allí radica uno de los principales motivos de la movida de sus rivales. Indiana no distribuye los delegados de manera proporcional, según la cantidad de votos de cada candidato: el que gana se lleva todos (57). Trump tiene el 39,3% de intención de voto, contra el 33% de Cruz, según el promedio de encuestas de RealClearPolitics.

Es tan pequeña la ventana que tiene Trump para llegar a los 1237 delegados que si Cruz se quedara con Indiana, sus posibilidades disminuirían de manera considerable. Trump necesita mantener el mismo nivel de apoyo que tuvo hasta ahora para conseguir la nominación antes de la convención de Cleveland.

"No les estamos diciendo a los votantes a quién tienen que votar en Indiana, sólo les estamos diciendo dónde vamos a gastar recursos para derrotar a Hillary en última instancia. Lo entienden", aclaró en Twitter el estratega de Kasich, John Weaver. Todo dicho.

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