Hay esquinas de la capital que con sus pérdidas constantes de agua servida crean escenarios desagradables para los vecinos. Los que la frecuentan tienen que convivir con olores nauseabundos y lagunas oscuras.

“Es feo porque vienen a comprar y hay olor a desagüe. Hay gente de paso. Los del barrio ya están acostumbrados y renegar más de lo que se ya hizo no se puede”, manifestó Luis Martínez, encargado de una pollería sobre calle Colón, sobre el agua servida que hay siempre en República de Italia y esa troncal.

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Es una postal que los vecinos asocian ya a su vida cotidiana. Incluso frente a esa “laguna” hay una garita de colectivo.

Los líquidos cloacales descienden desde Colón y provienen de la toma Auca Mahuida ubicada atrás del Centro Administrativo Ministerial (CAM).

El trabajador del negocio señaló que por momentos la cantidad de agua servida sobre la calle cubre media calzada “y hasta genera quilombo en el tránsito por que los autos lo esquivan y justo hay un semáforo ahí”.

Comentó que incluso hay clientes que se acercaron a su local pensando que el mal olor provenía de su comercio lo que definió como una situación “muy incómoda”.

Por la presencia de ese líquido constante decidieron cambiar la cortina y mandaron a hacer una nueva “porque era baja y lo hicimos para que no ingresen los olores”.

Pablo Vejar, es un vecino que vive sobre Colón justo frente a ese sector. “En verano cuando pega el sol fuerte se siente mucho el olor y es un foco de contaminación enorme”, indicó.

Dijo que al respecto presentaron varias notas al municipio pero nunca tuvieron respuesta. En invierno relató que se congela y provoca accidentes.

Se quejó por “un caño que metieron y le colocaron cemento arriba, que es como un lomo de burro” porque cuando pasa algún vehículo pesado “hace temblar todo y generó grietas en la pared de mi casa”.

Otra de las esquinas donde es habitual la presencia de olores nauseabundos es San Martín y Mascardi. “El tema de las cloacas es que están saturada. Llevamos cinco años más o menos que parece una vertiente”, dijo Miguel encargado de un mercado sobre calle San Martín. Se preguntó a donde va el dinero que se paga con los impuestos porque luego no se ve reflejado en obras.

“Soluciones no dan. Los vecinos juntamos firmas para conseguir alguna respuesta pero hasta el momento no hay nada”, concluyó.