Algo de alivio para Altolaguirre y los polémicos dichos de Bullrich

Algo de alivio para Altolaguirre y los polémicos dichos de Bullrich

La Municipalidad tuvo una agitada semana, con notable actividad política y en la toma de decisiones: en medio de sonoros conflictos y remanidos problemas económico-financieros, salieron a la luz algunas buenas noticias, como la sanción por unanimidad de una ordenanza que prohibe la venta de pirotecnia.

Esa iniciativa era impulsada desde hace largo tiempo por distintos sectores, pero especialmente por organizaciones que trabajan en la protección de animales.

Hasta ahora la suerte había sido esquiva para los promotores de la prohibición, ya que no solo no se había podido consensuar alguna forma de limitación, sino que en varias ocasiones había sido el propio Estado municipal el que hacía uso y abuso de la pirotecnia y de los fuegos artificiales como forma de “festejo” o “celebración” de determinadas fechas y acontecimientos.

Ahora quedó instalada la polémica por distintas miradas respecto de la ordenanza sancionada: mientras unos concejales dicen que se impide también la utilización -en realidad, la “manipulación”- de la pirotencia, el autor del proyecto Roberto Torres cree que se vulneró ese espíritu original para solo prohibir la venta, lo cual permitiría que algunos santarroseños, por ejemplo, adquieran sus petardos en Toay o en Anguil.

Más allá de esa discusión, está claro que se trata de un paso adelante, del mismo modo en que resulta imposible que una ordenanza o una ley cambien de un plumazo la realidad o conductas que están afincadas desde hace años.

Sin embargo, es una contribución a la generación de conciencia entre los ciudadanos y una herramienta con la que ahora cuentan quienes estén dispuestos a que esas normativas se apliquen, en beneficio de una mayoría de la ciudadanía.

La comuna tuvo otro alivio con el pago de la primera cuota de la suma fija que le adeuda a los empleados: se efectivizaron los primeros $1.000 a partir del cobro de una deuda que tenía la Cooperativa Popular de Electricidad y el conflicto con los trabajadores parece tan desactivado que la asamblea convocada por el Sindicato de Obreros y Empleados Municipales (SOEM) no contó ni siquiera con la mínima presencia como para funcionar.

La cuestión del pago de tasas quedó en el centro de la escena y los concejales oficialistas refrescaron una idea que siempre ronda: la posibilidad de difundir el nombre de los deudores, un listado que de acuerdo a lo que se sabe incluiría a firmas importantes, que no pueden excusarse en la falta de ingresos.

El justicialismo apuró un rechazo público a esa idea, mientras se ventilan aspectos de la gestión anterior que desnudan lo que de todos modos ya era evidente: la desidia y el descontrol con el que se gobernó y se ejecutó obra durante la gestión municipal de Luis Larrañaga.

La situación de las cloacas del Barrio Butaló parece un paradigma de esa remanida pero real “pesada herencia”, al punto tal que la empresa Jubete, que no hizo lo que tenía que hacer -pero cobró como si lo hubiera hecho-, reconoce estar en falta y propone afrontar ahora el emprendimiento mal hecho, aunque esa idea no debiera ser un freno para que se hagan las necesarias investigaciones que establezcan si se cometieron delitos penales.

...y una de arena

Una nueva bomba de cinismo cayó sobre el sistema educativo: en la misma semana en que el Ministerio de Educación de la provincia le hizo propaganda al cuestionado sistema de evaluación, el ministro nacional Esteban Bullrich se refirió con desprecio a la escuela pública y relacionó de modo directo, en tono clasista y discriminador, la pobreza con la delincuencia.

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