Alberto Fernández se vio obligado a dejar de lado su obsesión por la deuda

Alberto Fernández se vio obligado a dejar de lado su obsesión por la deuda

Hasta la semana pasada su principal preocupación estaba en la negociación con los bonistas. Reconoce que se demorará la reactivación. Ministros con menos fondos.

Un gobernador trataba de convencer a Alberto Fernández de hacer una recorrida por una importante obra para su provincia que se retomó semanas atrás, pero el Presidente le hablaba insistentemente de un acreedor que se había mostrado dispuesto a acordar con la Argentina. Desde que asumió, Fernández sabe que el éxito de su gestión y reactivación de la economía dependerá del éxito en la renegociación de la deuda y estaba abocado a esto hasta que la expansión del coronavirus alteró los planes de su gestión. En el gabinete hay posturas distintas sobre cómo afecta el avance de la pandemia en el mundo.

Fernández asegura que puede favorecer la negociación con los bonistas. Tiene una postura similar a la del gobernador bonaerense, Axel Kicillof, quien cree que los acreedores podrían privilegiar una renegociación más segura de la deuda frente a la crisis en los mercados del mundo. El Presidente tiene en la cabeza un panorama claro de quiénes son los principales tenedores de bonos y todos los días habla de ello con el ministro de Economía, Martín Guzmán. También con el resto del gabinete. Esta semana, con Guzmán comenzará a mirar a los fondos buitre para prever qué tan dispuestos pueden estar de entorpecer una negociación. Sin todavía dar detalles del plan económico e insistiendo que primero deben conseguir un acuerdo, Fernández reconoce que las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional en un contexto totalmente distinto y atravesado por una pandemia tendrán que volver a empezar. Fernández repetía la fecha del 1º de marzo como el inicio de la recuperación económica. Ahora no pierde el optimismo y piensa en mayo a pesar de que la pandemia no dejará ningún número positivo para la Argentina. PUBLICIDAD Ads by Teads “La tarjeta alimentaria funcionó en las bases, los congelamientos de tarifas y el aumento a los jubilados también, ahora lo de los remedios gratuitos va a ayudar, pero con esto se tira un mes más”, dice un intendente peronista que reconoce que en mayo el plan económico y el acuerdo con los bonistas deben haber tenido más certezas que la incertidumbre actual. Para calmar los ánimos, el Gobierno lanzó el Plan Argentina Hace con el que distribuirán $ 8.500 millones a los municipios con el objetivo de que contraten desocupados y que se puedan crear 20 mil puestos de trabajo para realizar obras en los distritos.

El Presupuesto 2020 que estaba en manos de Guzmán también sufrirá cambios. Sobre todo en las próximas semanas cuando deban de-satender partidas para destinarlas a combatir la pandemia. Desde diciembre, los ministros escuchan que el poco dinero que entra es para atender las urgencias y los sectores más castigados. Ahora también deberán postergar los planes por el coronavirus y dirigir sus gestiones a su prevención. Fernández les pidió a todos los ministros estar alertas al coronavirus. Con la llegada de la pandemia al país, Fernández la sumó a la deuda externa como sus dos grandes preocupaciones mientras ve que el contexto internacional lo complica cada vez más. Sabe que el frente interno tampoco juega a su favor y reconoce que lo encuentra mucho peor parado que la crisis financiera de 2008, año en que dejó de ser el jefe de Gabinete de Cristina Kirchner. Esta semana hubiese podido mostrar un nuevo índice positivo con la baja de la inflación, pero pasó inadvertido ante la crisis global. Uno de los pocos números que sabe que podrá mostrar cuando el virus se expanda aún más. 

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