Alberto Fernández: "Cristina y Massa tienen una misma visión sobre lo que hay que hacer en la Argentina"

Alberto Fernández:

Un año después de su reconciliación con Cristina Kirchner , Alberto Fernández es uno de los dirigentes que habla más seguido con la expresidenta. Con el margen de autonomía que le dieron los diez años de distanciamiento, el exjefe de gabinete señala errores del gobierno anterior y rechaza de plano la propuesta de reforma de la Constitución lanzada por distintos sectores del kirchnerismo.

 

Con el objetivo de derrotar a Mauricio Macri , aboga, además, por un acercamiento a los sectores del peronismo más críticos de la expresidenta. "Cristina y Massa tienen una misma visión sobre lo que hay que hacer en la Argentina", dice, en una entrevista conLA NACIÓN, en su departamento de Puerto Madero.

-¿Qué balance hace después de un año de haber recompuesto la relación con Cristina?

-Es una Cristina más reflexiva, más abierta, con una capacidad de revisar el pasado distinta de la que yo conocí.

-¿A qué se refiere puntualmente?

-Las críticas que hice en público en todos estos años las sigo sosteniendo. Así como el primer gobierno de Cristina fue el más progresista de la democracia en términos de ampliación de derechos, la gestión económica tuvo muchos altibajos y muchos lugares equivocados. Hablo esas cosas con ella y percibo que no necesariamente está de acuerdo pero que está predispuesta a revisar.

-¿Y el segundo mandato?

-Es un mandato débil en la gestión y donde empezó a profundizarse esto que después se dio en llamar la grieta. Aunque con el correr del tiempo me di cuenta de que la grieta no la generaba Cristina sino sus adversarios, para usarla electoralmente.

-¿A qué se refiere con gestión débil?

-Muchas de las críticas que tuve, vistas a la distancia, hoy las comprendo de otro modo. Cristina tuvo un cuello de botella con el tema de la falta de dólares. Lo resolvió con el cepo y yo fui muy crítico. Macri tuvo también un estrangulamiento externo y él lo resolvió con endeudamiento. Cuando miro a la distancia extraño el cepo porque el costo que pagamos con Macri es infinitamente más alto.

-¿Habló con ella sobre la posibilidad de que sea candidata?

-Sí, ¿para qué te voy a mentir? Siempre lo hablo.

-¿Y ella qué dice?

-Nada. [Se ríe]. No sé qué va a hacer. Recién se fue Daniel Scioli , estuvimos hablando un rato, y yo le decía que veo en Cristina una enorme generosidad. Es la única que no pone límites ni condiciones. No exige ser candidata. Lo único que plantea es entendamos que divididos le hacemos un favor a Macri. Si va a ser candidata o no, no lo sabemos, pero sí estoy seguro de que Cristina será candidata o será la gran electora de la oposición. Porque ha logrado acumular una cantidad de votos enorme y me duele mucho que no lo reconozcan, porque eso es no leer adecuadamente la política. En octubre de 2017, después de perder las elecciones, medía 27 puntos. Hoy tiene 36 puntos de intención de voto, pese a que le hicieron de todo.

-¿Puede ganar un ballotage?

-Obvio, porque hoy cualquiera le gana a Macri. Esta es otra mentira que Macri ha instalado, esto de que pese a todo sigue teniendo fortaleza. Lo que Macri tiene es el voto antiperonista que siempre fue un tercio de la Argentina. El que tiene un techo hoy es Macri.

-Cristina dice que está dispuesta a hacer todo lo posible para ganarle a Macri. ¿Qué debería hacer?

-Lo que está haciendo: abrirse. Por eso volvió a hablar con Solá, con Moyano, con Arroyo, con Nielsen.

-¿Es posible un acuerdo con Massa?

-Yo espero que pronto vuelvan a hablar. Yo hablo con Sergio y ella lo sabe. Cristina y Sergio son los únicos que tienen votos propios en el peronismo. Espero que cada uno haga su parte. Lo que también tienen que entender todos es el peso específico de Cristina. No se la puede tratar como nos tratamos entre nosotros, porque ella tiene lo que ninguno de nosotros tiene, el 80% del voto opositor.

-Si es candidata, ¿puede ir a una PASO con otros opositores?

-No lo hablé puntualmente pero no tengo ninguna duda de que ella lo aceptaría.

-No lo aceptó con Randazzo en 2017.

-Ella ve eso como uno de los errores cometidos. Esto no es cargarle las culpas a nadie porque todos tenemos un poco de culpa. Los que creímos que había un tiempo terminado para Cristina y había que generar una alternativa, y tuvo culpa Cristina cuando creyó que con ella sola alcanzaba. Entonces nació esa frase que se difundió mucho: "Con Cristina no alcanza, sin Cristina no se puede". Esto hay que entenderlo y admitirlo.

-¿Cristina y Massa comparten un mismo proyecto de país?

-Por lo que hablo con ellos, estoy seguro de que Cristina y Massa tienen una misma visión sobre lo que hay que hacer. Massa sigue teniendo a Roberto Lavagna como una de sus referencias económicas y la verdad es que todos nosotros tenemos un gran respeto por Lavagna. Las diferencias están en el pasado, y no podemos seguir discutiendo el pasado, porque es una trampa en la que nos hace caer Macri.

-Eso implicaría pensar que en caso de volver al poder Cristina sería distinta.

-Sería la persona con las mismas convicciones pero revisaría muchas herramientas que usó en el pasado.

-¿Qué cosas de las que hizo no debería repetir?

-No me gusta hablar en particular. Muchas veces cuando yo emitía juicios críticos sobre ciertas políticas me decían: "Vos haciendo estas críticas estás siendo funcional a la oposición". Yo siempre creí que lo más funcional a la oposición es no reconocer los errores.

-¿Reducir la influencia del grupo Clarín sigue siendo un objetivo importante?

-No. Yo estuve siempre en contra de la ley de medios. Ese no es el problema. El problema son las políticas.

-¿Habría que aplicar las sanciones contra Venezuela?

-Todos debemos pedir porque Venezuela y Nicaragua tengan democracias que funcionen de manera plena, y en eso soy contundente. Pero tampoco somos nosotros lo que debemos decir lo que un país tiene que hacer internamente. Soy muy crítico de Maduro, pero soy más crítico de los opositores, que no han sabido construir una alternativa. Los países americanos no podemos hacer lo que le criticábamos a los EE.UU.

-¿Cómo se puede resumir la visión que tiene Cristina hacia adelante?

-No voy a hablar en nombre de nadie. A mí me parece que tenemos que construir un país que le ponga fin a la grieta y terminar con las revanchas. Hay que entender que Macri deja un país destruido, con un peso de deuda impresionante y que tenemos que ser muy ingeniosos para recuperar la actividad económica, hacer crecer al país y pagar nuestras obligaciones externas. Argentina no puede hacer lo que hizo en 2001. Es muy difícil desconocer una deuda que en tres años tomó un gobierno democrático.

-¿Hay que renegociar con el FMI?

-Con el FMI no se puede renegociar porque las reglas del Fondo son muy duras. La mitad de la deuda que tomó Macri es con el Fondo y la mitad con acreedores privados. Nosotros tal vez podamos refinanciar con acreedores privados parte de esa deuda.

-¿Con el Fondo hay que cumplir?

-Sí, pero no podemos cumplir como nos está haciendo cumplir Macri, a costa de una economía paralizada, donde todos los días la gente se empobrece.

-¿Qué piensa de las propuestas de dirigentes kirchneristas para reformar la Constitución?

-No creo en eso. El problema de la Argentina no es ése.

-Lo plantearon La Cámpora y Diana Conti. ¿Es cercano a lo que piensa Cristina?

-No voy a hablar en nombre de nadie. Es un espacio donde hay mucha gente que piensa autónomamente. Pero yo no soy de la idea de que tengamos que plantear las cosas en esos términos.

-¿El próximo gobierno debería ser más radicalizado o de tono moderado?

-Hay que ser furibundos en la corrección económica. Esto no es tener un estado altamente intervencionista. He cuestionado siempre el déficit fiscal, incluso cuando alguno de mis compañeros decían que muchos países tenían déficit fiscal y crecían igual. Es cierto, pero es mejor no tener déficit fiscal. Hay que salir de la falsa disyuntiva entre el populismo y las economías abiertas. La Argentina necesita racionalidad en el manejo de la economía.

-¿Racionalidad estilo Lavagna?

-Lavagna es un gran racionalista. No era un populista, nunca lo fue.

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