Un numeroso grupo de personas que representaban a productores, jóvenes, deportistas, artistas, docentes y otros sectores de la comunidad, hicieron saber sobre la situación en lo que hace a políticas sanitarias, alimentarias, programas de contención, generación de empleo y orientación para los jóvenes, que no visualizan un futuro digno con esas perspectivas.

Unos 200 vecinos escucharon con interés a Aída Ayala, quien informó sobre las políticas que se implementan en la capital chaqueña, basadas en un plan de gobierno realista y concreto, que permite que Resistencia sea la capital de mayor desarrollo y crecimiento en el Norte Argentino, con más de 20 avenidas pavimentadas, cientos de edificios en altura construidos porque los inversionistas confían en el modelo de gestión, la peatonal, el paseo costanero y otras mejoras.

.Precisó los alcances del Plan de Estado Resistencia 2020, y la posibilidad de que el mismo pueda ser replicado en todo el territorio provincial, con los mismos resultados positivos que hoy se ven en la capital.

La jefa comunal explicó que ese plan de gobierno tiene sus bases en la participación comunitaria, comprendiendo tanto los requerimientos generales como los puntuales que diariamente plantea el ciudadano común, y elaborando planes de acciones que fácilmente pueden adaptarse a distintos escenarios.

Ejemplificó la trascendencia que tiene el Presupuesto Participativo, donde son los propios vecinos quienes a través de su opinión y elección, deciden las distintas obras y acciones que se incluyen en el Presupuesto General de Resistencia; refiriéndose también a la política de generación de empleo genuino que enfrenta al asistencialismo del Estado.

 La situación en Taco Pozo

Entre los temas puestos en conocimiento de la ingeniera Ayala se puede mencionar el de los ladrilleros del barrio Mocoroa, por la falta de organización del sector y las dificultades de comercializar su producción; el del Hospital Santa Rosa de Lima, con pocos profesionales, que no tiene quirófano y debe derivar pacientes a cientos de kilómetros o aún a otras provincias, con un edificio que tiene serias fallas estructurales.

El Centro de Jubilados del PAMI, olvidado por ese organismo y con enfermos que deben ser llevados a Sáenz Peña o a Joaquín V. González en Salta, que con más de 500 pasivos sólo cuentan con un médico que los visita y reciben como ayuda, al mes, solamente una bolsa con mercadería insuficiente. Estos y otros sectores piden una mirada especial de los gobernantes.