Ahora empieza la pelea en serio

Hay que remontarse en el tiempo para recordar una Vendimia con tan poco vuelo político. Al Gobierno le costó despegarse durante los festejos del conflicto docente y respiró aliviado, en definitiva, porque no vino Macri. Aunque se prepara para dar la pelea fuerte esta semana con el SUTE. Uno que volvió: luego de años de ostracismo, reapareció en escena Celso Jaque.

Será el martes o a más tardar el miércoles, cuando Alfredo Cornejo defina imponer por decreto los aumentos salariales y el polémico ítem aula para los docentes, para terminar de darle así el impulso fuerte a la que cree es la gran apuesta política en el arranque de su gobierno: la sumisión de los gremios estatales.

 

Fue difícil para la administración radical abstraerse en esta Vendimia del tema de la puja con los sindicatos. Alguien convenció al gobernador, casi sobre la hora, de que era un error impedir la marcha de los estatales en la previa del Carrusel.

 

Cornejo no los quería dejar protesta en la mañana del sábado. La indignación fue mayor por la desacomodada agresión de Raquel Blas al ministro del Interior, Rogelio Frigerio y al ministro de Hacienda, Martin Kerchner. “Si hubiera sido por mí, el Carrusel duraba menos de tres horas”, repetía ayer.

 

Un par de episodios le pusieron este sábado un tono distinto a tanto nivel de conflictividad. El primero lo protagonizó el propio Kerchner, quien tras los insultos de Blas, trató de componer la situación con el secretario general de ATE, Roberto Macho, en el mismo palco oficial.

 

“En definitiva ustedes y nosotros estamos buscando lo mismo en relación al funcionamiento del Estado. La diferencia está en el método”, le dijo el funcionario al gremialista.

 

El otro intento componedor sucedió unas horas después, en los instantes previos al Agasajo Vendimial.

 

Jaime Correas, el director General de Escuelas, divisó una protesta del SUTE en el ingreso a la bodega Los Toneles y mientras pasaba frente a ella vio que estaba encabezada por Adrián Mateluna, el titular del gremio.

 

Correas se bajó de su auto y discutió un rato con los docentes quienes, sin tapujos, le dijeron todo lo que pensaban acerca del ítem aula. Un tanto receloso, Mateluna terminó aceptando la mano estirada del funcionario y cada uno siguió con lo suyo. El gremio a su protesta y Correas a su almuerzo.

 

Sin embargo, más allá de estos gestos de acercamiento, lo que se viene no es otra cosa que un escenario de paros docentes y más conflicto.

 

El gobierno hará el martes, en una nueva reunión paritaria y con la ratificación de un nuevo paro, un ofrecimiento de anualizar el aumento a los maestros que llegaría a rozar el 30% y que estará fondeado fundamentalmente por unos $400 millones que llegarán desde la nación a través del Fondo de Incentivo Docente. Y mantendrá inalterable, claro está, el índice de productividad que pretende aplicar en las escuelas.

 

Ante el seguro rechazo de la propuesta y con medidas de fuerza ya lanzadas, es un hecho que a mediados de semana las subas salariales se aplicarán por decreto. Y eso terminará por desatar la guerra.

 

Sin enemigos a la vista en el horizonte político dentro del peronismo, el gobernador apunta a consolidar su poder en la batalla con los sindicatos públicos.COMPARTILOCompartiloTwittealo

 

Está convencido de que en esta pulseada se le va el futuro de sus próximos años de gobierno y que, lo que no consiga ahora, no lo conseguirá jamás.

 

Cornejo cree que debe recomponer la verticalidad del poder en la provincia, perdida luego del paso de Celso Jaque y de Francisco Pérez, y el primer paso para ello es no dejarse torcer el brazo por Blas, Macho y Mateluna.

 

Lo hará, incluso, consciente de que “el cambio cultural” que quiere impulsar en el ámbito educativo choca contra el bolsillo de muchos docentes.

 

Una sola expectativa guardan en la Casa Gobierno en relación a este conflicto: que los maestros sientan el impacto del ítem aula cuando cobren sus sueldos en abril y que en ese momento, en palabras de Correas, “se den cuenta que lo que dice el SUTE no es cierto”. Esto en relación al impacto supuestamente positivo en el salario que tiene la propuesta oficial.

 

Hace unos días, a su regreso de Roma y tras la visita al Papa Francisco, Cornejo buscó fortalecer a su tropa relatando el respaldo de Mauricio Macri al ítem aula. “Vas más rápido que yo”, contó que le dijo el presidente sobre el asunto.

 

Que la medida tiene impacto nacional no hay dudas. De otra forma no se explica la presencia, el lunes, del líder de SUTEBA, Roberto Baradel, quien participó de la marcha del SUTE, como una forma de respaldo pocas veces vista en una discusión entre Poder Ejecutivo y gremios en Mendoza.

 

Vendimia con poco vuelo político

 

Macri debe estar felicitándose por haber tomado la decisión de no venir a la Fiesta mendocina. En realidad, nunca estuvo confirmada su presencia y los “problemas de agenda” que se esgrimieron en su momento para justificar la ausencia, en realidad, obedecieron a cuestiones un tanto más domésticas.

 

El presidente le dijo al gobernador que su mujer, Juliana Awada, le había pedido que parara un fin de semana con los viajes y que merecía al menos un par de días de descanso en Buenos Aires.

 

Si es verdad o no el argumento, no se sabe. Lo que sí es que la marcha de los estatales (y de las organizaciones antimineras) previas al Carrusel eran una amenaza.

 

¿Cuál hubiera sido el impacto nacional si Blas, en lugar de decirle “puto” a Frigerio, hubiera increpado de la misma manera o de otra similar a Macri?COMPARTILOCompartiloTwittealo

 

La respuesta sale fácil: el episodio habría alcanzado ribetes catastróficos tanto para la figura del presidente como para el gobierno mendocino.

 

Los reclamos que surgieron del sector vitivinícola no representaron un problema para la Nación. Más allá de que el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, esquivó dar alguna respuesta acerca del problema de la inflación.

 

El encargado de las políticas agropecuarias en el país dejó una frase inquietante, cuando se le preguntó por los históricos problemas del costo de flete que acarrea la producción local.

 

Dijo que en lugar de corregir esa distorsión, era partidario de “dar incentivos para la radicación de las empresas en las provincias”. A muchos, les sonó a una vuelta de los trágicos regímenes de promoción industrial.

 

Buryaile tuvo un gesto a favor de un clamor cada vez más fuerte del sector vitivinícola: la sanción de la ley uso de jugos naturales para endulzar las gaseosas. Aunque esa discusión, que une a casi todos los legisladores nacionales mendocinos, será dura de dar en el Congreso.

 

Un puñado de alertas encendió el gobierno mendocino en relación a la política económica nacional y el vocero fue el ministro de Economía , Infraestructura y Energía, Enrique Vaquié.

 

Cornejo no habló en público ante los bodegueros reunidos en Los Toneles y Vaquié fue el encargado de dar la voz oficial en el evento.

 

Se refirió al problema de la inflación. “En actividades económicas de ciclos largos como la vitivinicultura, la inflación pega el doble”, aseguró.

 

Y advirtió sobre los problemas del tipo de cambio que se avizoran además. “Está bien la adecuación del tipo de cambio que hizo el gobierno, pero esperamos que este se mantenga alto”, expresó, precisamente pendiente de la inflación.

 

Fuera de esto, habrá que remontarse muy atrás en el tiempo para encontrar una Vendimia en la que las figuras políticas nacionales pasaran de largo.COMPARTILOCompartiloTwittealo

 

Sergio Massa estuvo unas horas el viernes, nada más, y la figura más relevante del PJ fue la del gobernador de Sata, Juan Manuel Urtubey, quien se entrevistó por algunos minutos con los caciques peronistas locales que siguen desorientados todavía tras la derrota electoral y a la búsqueda de un líder.

 

Una reaparición sí, llamó la atención y fue la de Celso Jaque. El ex gobernador, que desde diciembre dejó de representar a la Argentina en Colombia, volvió a mostrarse en público luego de casi cuatro años de ostracismo en la provincia.

 

Jaque sin dudas deberá agradecerle a Francisco Pérez por este regreso. “Otros vendrán que bueno te harán”, reza el dicho. Y al malargüino, esta frase, le calzó en esta Vendimia la perfección. 

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