Aguas estancadas y yuyos altos, dos postales puntanas a pedir del dengue

Aguas estancadas y yuyos altos, dos postales puntanas a pedir del dengue

En la plaza Pringles hay dos fuentes con agua en mal estado y el Parque IV Centenario necesita mantenimiento. La Provincia y el Municipio aún tienen mucha tarea preventiva por hacer.

 

 

Los médicos, epidemiólogos y científicos hablan de dengue casi sin pausas, todos los días, por las radios, canales de televisión o sus consejos salen publicados en medios gráficos o vía web. En pleno auge de la enfermedad el consejo siempre es el mismo: "No dejemos recipientes con agua quieta, allí el mosquito deposita sus huevos y la cadena continúa. Hay que 'descacharrar', vaciar cualquier envase con agua estancada. Y si tenemos yuyos altos, hay que cortarlos". Los consejos son tan repetitivos pero porque en la plaza Pringles, el paseo principal de la ciudad, hay tres fuentes con agua en mal estado, totalmente quieta y nadie la quita. Lo mismo pasa con la vera del río San Luis, en el Parque IV Centenario, donde el yuyal es enorme.

Las dos postales están a pedir del Aedes aegypti, el mosquito portador del dengue, la fiebre chikungunya y el peligroso virus zika. Con fumigar o informar a la población no alcanza, también hay que atender los espacios verdes. Falta sacar el agua de esas fuentes que arruinan la plaza Pringles, cortar la maleza y sacar la basura del paseo familiar al lado del río San Luis.

Al parecer, falta prestar atención a los paisajes habituales, por donde pasan miles de chicos y grandes todos los días. No hace falta invertir. Falta limpiarlos.

Consejos útiles

Tanques de agua sin tapa, envases de pintura, baldes pequeños, plantas con raíces en agua, fuentes ornamentales, bebederos de animales, piscinas plásticas que no se usan, floreros, pozos sépticos abiertos, neumáticos desechados, botellas, ollas y acequias con agua quieta son algunos de los recipientes ideales para que el mosquito se reproduzca. Es vital eliminar, casa por casa, este tipo de elementos.

También se aconseja mantener corta a las malezas de los baldíos y en casa es posible colaborar cuidando los espacios exteriores. Hay mucho por hacer. Falta trabajo en la plaza Pringles y a la vera del río.

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