Las aguas ya no bajan sucias

Por: Guillermo Worman (*).

La Bahía Encerrada de Ushuaia dejó de recibir cloacas crudas y ha comenzado finalmente su recuperación. Hay tres síntomas que dan cuenta de esto. Bajó notablemente el olor nauseabundo que teníamos  hace no más de dos años atrás, y esto permite acercarse y comenzar a disfrutar de la reserva urbana de la ciudad. Otro indicio objetivo del saneamiento del sector viene de la mano de los análisis de calidad de agua que se han hecho en dos laboratorios. 

Allá por 2013, se llegó a detectar la presencia de hasta 5.400.000 coliformes fecales en la parte baja de la cuenca hídrica de la ciudad. Por entonces, las cloacas se tiraban crudas y existía una fuerte disputa en torno a de quién era la responsabilidad de tratar las aguas residuales en Ushuaia. Pero esto ya es parte del pasado: los resultados informados por los laboratorios hace pocos días atrás dan cuenta que el máximo nivel detectado fue de 230.000. Casi veinte veces menos respecto del nivel de contaminación de hace 5 años atrás. 

El tercer hito da cuenta del ingreso de peces y aves al espejo de agua que tiempo atrás no se veían en Bahía Encerrada. 

Estos y otros indicadores dan cuenta de los frutos de las inversiones que ha realizado el Gobierno Provincial. Cuando la Gobernadora Rosana Bertone asumió, el sistema sanitario de la ciudad no funcionaba. No existía impulsión (las aguas residuales no iban a las plantas de tratamiento y caían crudas en el Canal Beagle) ni mantenimiento sanitario. 

Ha cambiado tanto la situación que ahora el sistema cloacal opera correctamente. Además, dos nuevos camiones desobstructores están afectados al mantenimiento y reparación del sistema cloacal de Ushuaia y Tolhuin. 

La decisión política dentro de un proceso público tiene un peso sustancial. Observemos que en tan solo dos años se han terminado las obras para sanear la Bahía Encerrada y ya no se detectan derrames cloacales crudos. Todo el sistema sanitario del Centro y Oeste de Ushuaia ya está funcionando con normalidad. Resuelto el principal problema sanitario de la capital provincial, las obras se han iniciado en la zona Este, donde no existía infraestructura sanitaria alguna. Por un lado, ya está en marcha la construcción de la nueva planta de tratamiento ¨Arroyo Grande¨ y dos nuevos grandes troncales sanitarios. Tienen la denominación de la avenida costanera. Las obras llevan los nombre de Perito Moreno I y II. 

Pero las tareas de remediación aún no están terminadas. Sería un acto de exitismo anunciar que todo está resuelto. La Gobernadora Bertone pide ser cautos al momento de anunciar. Gestionar y hacer es la prioridad, no así el anuncio. Mostrar resultados. Que los vecinos vean por sí mismos que las obras avanzan.

Para la recuperación integral de Bahía Encerrada deben faltar entre dos y tres años más de trabajo continuo. Entre las obras principales resta reconstruir y ampliar los canales de vinculación entre las bahías Encerrada y de Ushuaia. Para esto, la DPOSS se ha puesto a disposición de la Municipalidad de Ushuaia para que pueda concretar estas obras cuanto antes. Finalizadas estas nuevas intervenciones en la  Pasarela Fique y otros sistemas para facilitar la remediación, Bahía Encerrada tendrá las condiciones para volver a ser uno de los lugares privilegiados de la ciudad. 

El frente costero tuvo otro momento de inversión hace algunos años atrás. A comienzos de la década del 2000, cuando a partir de la ayuda del Gobierno Nacional, con fondos que había aportado la Embajada de Israel, durante la gestión del entonces intendente Jorge Garramuño, se amplió el colector cloacal máximo de avenida Maipú y se reparó el emisario submarino ubicado en la cabecera de la pista del aeropuerto Malvinas Argentinas. Garramuño, al igual que ahora la Gobernadora Bertone, optó por hacer y dejar de lado las discusiones estériles. 

Siempre las consecuencias de no invertir en temas de saneamiento son las mismas. La contaminación y degradación ambiental son una consecuencia y no un accidente. Así fue que Bahía Encerrada terminó oliendo como el peor momento de las aguas del Riachuelo. 

Pero eso ya  está terminado. 

Ahora se ha tomado la decisión de ir a fondo en la solución del problema ambiental de Ushuaia y Tolhuin. Se hizo con el respaldo que necesita cualquier política seria: inversión pública y planificación. 

Si bien se perdieron años valiosos, la solución ya se encuentra plenamente encaminada. El Gobierno se encuentra invirtiendo en el sistema sanitario en las tres ciudades. No sólo para tratar las aguas cloacales. También como una acción directa para la mejora de la salud pública y la calidad ambiental.

Para esto están en marcha doce nuevas obras destinadas a mejorar y ampliar el sistema sanitario de Tierra del Fuego. 

Puntualmente en Ushuaia, esto genera un resultado que está a la vista. Después de largos años, Bahía Encerrada ya ha mejorado notablemente su condición ambiental. Lo mismo que el sector costero en donde se producen cientos de amarres durante toda la temporada. Pero, sobre todo, en donde vive gran parte de los vecinos de Ushuaia. Básicamente, porque las aguas ya no bajan sucias.

(*) Presidente de la DPOSS

 

Comentá la nota