Daniel Scioli puso ayer un plato más a la mesa de sectores políticos del oficialismo que se comprometieron a trabajar bajo su conducción y a los que piensa darles protagonismo en lo que resta de la campaña. Y no se trata de un invitado cualquiera: reafirmaron su respaldo al candidato casi todas las agrupaciones de militancia kirchnerista.

Emilio Pérsico y Fernando Navarro, del Movimiento Evita; Edgardo Depetri, del Frente Transversal; Luis D'Elía, de Miles; Milagro Sala, de Tupac Amaru; Federico Martelli, del Movimiento de Unidad Popular (MUP), y Cristian Miño, de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT) estuvieron cara a cara con Scioli, en el piso 23 del Banco Provincia. También hubo representantes de Partido Comunista (PC), la Corriente Peronista Descamisados y del Peronismo 26 de Julio, entre otros sectores.

La lista es tan larga que es más sencillo decir que estuvieron todas las agrupaciones de militancia oficialista menos La Cámpora, Nuevo Encuentro y Kolina, las tres más cercanas a Cristina Kirchner. En el entorno del gobernador negaron, sin embargo, que existan tensiones con la agrupación que conduce Máximo Kirchner y dijeron que no estuvo La Cámpora porque fue una reunión con "organizaciones sociales".

Para ahuyentar hipótesis de enfrentamientos, dos de los dirigentes presentes en el Banco Provincia coincidieron en darle otra explicación a la ausencia: "Ellos se juntan con Scioli todos los días. Nosotros necesitábamos una reunión de este tipo para ser considerados como sector y establecer una interlocución directa". Algunos de los participantes, de todos modos, le recriminan a La Cámpora una supuesta intención de condicionar un eventual gobierno sciolista.

Lo cierto es que las agrupaciones que se vieron ayer con el candidato, varias de las que en el pasado identificaban a Scioli con lo peor del Frente para la Victoria (FPV), ratificaron su compromiso para militar en la campaña y estrecharon lazos con los hombres de confianza del gobernador. Primero hablaron con el jefe de Gabinete Alberto Pérez y con la ministra de Gobierno Cristina Álvarez Rodríguez. Sólo después apareció el candidato, que designó para la interlocución diaria al diputado bonaerense Guido Lorenzino.

"Scioli siempre nombra a los diferentes sectores peronistas que lo apoyan. A los gremios, a los gobernadores, a los intendentes. Faltaba que incluyera en su campaña a las agrupaciones de militancia, que son las que van a contribuir a su triunfo en el territorio y las que van a asegurar la gobernabilidad", dijo a LA NACION Martelli. "Le pedimos que desarrolle con propuestas concretas la agenda de las tres T", agregó el "Chino" Navarro, en referencia a la agenda de "tierra, techo y trabajo" impulsada por el Papa y tomada como propia por Scioli. "Fue un gesto hacia las organizaciones que resistimos en los 90 y que sostuvimos al kirchnerismo en el territorio", evaluó Depetri.

Voceros del gobernador dijeron que la reunión había sido "muy buena" e informaron que Scioli se comprometió a avanzar en la profundización de las políticas para los "sectores más vulnerables".

En un tono de mucha cordialidad y cooperación, según coinciden los participantes, las agrupaciones y el equipo sciolista avanzaron en la coordinación de actividades de campaña. La segunda postal de este compromiso -la primera fue difundida ayer por el equipo de prensa del gobernador- será el 5 de octubre, en el Luna Park. Ese día, la CNCT tiene previsto un acto con cooperativistas. Scioli les prometió que irá y que quizá lleve un acompañante de peso: el presidente de Ecuador, Rafael Correa. La tercera cumbre será en una cancha de fútbol, sobre el final de la campaña, con fecha a confirmar. Será el primer acto en un estadio.

Pero así como hubo planes hacia adelante, también hubo planteos para mejorar cuestiones de la campaña. Algunos dirigentes reclamaron que el discurso proselitista debe poner más énfasis en las propuestas para los sectores populares y pidieron que se distribuya entre las agrupaciones más material para hacer campaña en los barrios, como volantes y boletas. Pequeños detalles de una relación que, después de años de desconfianzas y a un mes de las elecciones, parece haber ingresado en una nueva etapa.