La Corte Suprema de Justicia de Tucumán se aproxima sin novedades al vencimiento del término que se autoimpuso para renovar autoridades. El lunes 30 de noviembre expirará la prórroga inédita de los mandatos actuales dispuesta por unanimidad el mes pasado, luego de que fracasase el segundo intento de elección del presidente del cuerpo. Ninguno de los cinco vocales reúne los tres votos mínimos para quedarse con el despacho más amplio del Palacio de Justicia. En las dos votaciones previas triunfó el bloqueo: Antonio Gandur, que aspira a la reelección, votó por sí mismo, lo mismo que Antonio Estofán; René Goane sufragó por este último; Claudia Sbdar pidió la presidencia rotatoria y Daniel Posse apoyó esa moción.

La última tentativa de votación nominal a puertas cerradas ocurrió hace ya 40 días. Luego, Gandur partió al extranjero como había programado desde comienzos de año; a su regreso, informó que calculaba que la tercera elección iba a tener lugar después del balotaje. Ocurre que, en su carácter de presidente de la Corte, integra la Junta Electoral Nacional que supervisará los comicios de hoy en Tucumán, junto a Marina Cossio, presidenta de la Cámara Federal de Apelaciones, y a Daniel Bejas, juez federal N°1 -durante la ausencia de Gandur, la función debía ser desempeñada por el vocal decano Goane, pero este nunca asistió a las reuniones del órgano ad hoc-.

En medio del balotaje y de las elecciones complementarias provinciales del 8 de noviembre (en las que el presidente del alto tribunal también intervino como titular de la Junta Electoral Provincial) hubo conversaciones informales entre los vocales, que parecen divididos en tres grupos claros: por un lado está Gandur; por el otro, Estofán y Goane y, por el otro, Sbdar y Posse, quienes defienden la implementación de una presidencia rotatoria pese a que propusieron el mecanismo en cuestión en 2014, sin lograr el aval de la mayoría. Pero ninguno de los integrantes de la Corte aceleró una tercera votación: a ello coadyuvó el hecho de que Sbdar salió con licencia médica el 12 y el 13 de noviembre, y con licencia compensatoria entre el 16 y el 20 de noviembre inclusive.

La elección postergada podría tener lugar en cualquier momento a partir de mañana. Fuentes judiciales comentaron que Posse estaría próximo a tomarse una licencia relativamente prolongada y que sería el vocal más proclive a ceder posiciones en pos de llegar a un acuerdo. No hay antecedentes sobre una eventual nueva prórroga de los mandatos conferidos hace dos años. Algunos interlocutores pronostican que esta hipótesis de incertidumbre institucional terminará rompiendo el bloqueo, que reedita las votaciones frustradas de 2013, cuando Gandur acabó siendo ungido con su autovoto, y los sufragios de Sbdar y Estofán. Al comienzo del proceso en marcha, miembros del entonces Gobierno de José Alperovich habían auspiciado la reelección de Gandur, que tiene 81 años. En la composición actual sólo quedan dos vocales sin probarse como presidentes: Sbdar y Posse.

Un sillón entre los sillones

Además de a su titular -que encabeza también la Junta Electoral Provincial-, la Corte ha de elegir al vocal decano (suerte de vicepresidente); a sus representantes ante el Consejo Asesor de la Magistratura (el consejero titular conduce el órgano); al miembro suplente en el Jurado de Enjuiciamiento y a su “embajador” en la Junta Federal de Cortes o Jufejus, todos con mandato hasta 2017. En el mismo acto, la Corte debe confirmar la composición de sus salas. En el presente, Sbdar encabeza el Consejo y Estofán representa a sus pares ante la Jufejus. Este último vocal asimismo se desempeña como presidente del Jurado de Enjuiciamiento, adonde recaló en abril, en reemplazo de Posse (el miembro suplente está pendiente de designación).

Aunque todos los cargos importan, la votación empieza siempre por el sillón más preciado: el de presidente de la Corte. La Ley Orgánica confiere a este la representación de los Tribunales provinciales. Además, el titular del alto tribunal integra las dos salas (Civil y Penal, y Contencioso Administrativo y Laboral); dirige el trámite de los expedientes; ejerce la superintendencia y supervisa las oficinas de apoyo, entre ellas, el estratégico Cuerpo de Auditores.