A pesar de los numerosos empleados, la empresa presentó balances con pérdidas y nunca pagó Ganancias.
El organismo que lidera Ricardo Echegaray detectó maniobras sospechosas de la empresa por 18,8 millones de dólares entre 2007 y 2014. La investigación, a la que accedió el diario Página/12, identificó inconsistencias que caracterizan delitos de lavado de dinero.
Las sospechas de la AFIP comenzaron siete meses antes del trágico incendio que dejó un saldo de diez muertos. La empresa, a pesar de tener una larga lista de empleados, nunca arrojó utilidades y, por lo tanto, tampoco pagó Ganancias.
El incendio aceleró la investigación de la AFIP: se emitieron cuatro Reportes de Operaciones Sospechosas (ROS) y se solicitó información a las islas Caimán donde está radicada su propietaria mayoritaria.
La denuncia por presunto lavado de dinero será investigada por el juzgado federal a cargo del magistrado Sergio Torres.
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