Advierten sobre el círculo vicioso de los aumentos de los combustibles

Advierten sobre el círculo vicioso de los aumentos de los combustibles

Afirman que 5 puntos de incremento en las naftas, se traducen en uno por ciento de índice inflacionario mensual y que se debe pesificar el consumo interno, como también reformar la ley de gas.

El economista, Fabián Medina, criticó la política en materia de precios de combustibles en el surtidor y comentó que el próximo gobierno, sin importar el color político que tenga, debería rápidamente derogar “el único artículo que permanece vigente de la vieja ley de convertibilidad de los años 90, que permite el bimonetarismo” para dejar en claro que la única moneda de curso legal en Argentina es el peso.

En diálogo con surtidores.com.ar, el especialista en tributación y docente de la UBA, agregó que si bien el combustible es un “comodity”, concepto que utilizan las productoras para justificar la dolarización del producto, aseveró que “el precio dólar es para la exportación” y aclaró que el consumo interno debe ser acorde al costo real de producción, que en este caso es “en pesos”.

Criticó que las petroleras tienen los recursos y las herramientas necesarias para, con poco dinero, “perforar nuevos pozos convencionales y producir más petróleo pero prefieren desarrollar Vaca Muerta, con elevados costos, teniendo en cuenta que la profundidad del recurso argentino no convencional está a tres mil metros, a diferencia de los californianos que se encuentran a 300 metros”, dijo.

Afirmó Medina que “el problema es el exceso tanto en la desregulación, como en la hiperregulación del mercado” y consideró a YPF como la necesaria compañía que balancee las diferencias como actor principal.

Señaló no estar a favor de las retenciones, “pero en esta situación son necesarias para recuperar los fondos que se van al exterior y que finalmente influyen en el bolsillo del cliente de la Estación de Servicio y de los propietarios del negocio minorista que ven caer su nivel de ventas cada mes”, expresó el investigador económico.

Concluyó en que los combustibles líquidos deben tener menos presión fiscal, porque a pesar de que implementaron un gravamen fijo que se actualiza cada tres meses, “cada vez que hay un desfasaje, sube la presión del dólar y se eleva nuevamente el precio del litro de nafta”.

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