A partir del fin de semana, tomarse un taxi en la ciudad cuesta más. En una nueva ordenanza municipal, publicada el 22 de agosto,  quedó establecido un aumento del 20%. El Sindicato de Peones de Taxis indicó que la reglamentación perjudica la actividad que cayó un 30% desde que se implementó el nuevo precio y asegura que los trabajadores deben afrontar los costos diarios con menos viajes.

 

“La repercusiones son negativas. Desde un primer momento me opuse porque sabía que los más afectados serían los choferes y la gente. La rentabilidad no es la misma de hace una semana”, expresó Gastón Escudero, secretario gremial del Sindicato de Peones de Taxis.

 

La tarifa inicial del recorrido pasó de los $15,50 a los $18,60. Y la ficha a $1,80 cada 180 metros, el mismo valor para el tiempo de espera. En el horario nocturno el precio asciende un 10% más. Algunos choferes afirmaron que los viajes disminuyeron cerca del 30% con respecto al fin de semana anterior. También comentaron que los usuarios se quejaron por el nuevo precio.

 

“Hago siempre el mismo recorrido en el taxi, cuando tengo que hacer un trámite en el centro, pero hoy me salió más caro. De 22 o 25 pesos pasé a pagar 33, y eso que son las mismas cuadras. No quiero ni pensar si tengo que ir a otro sector de la ciudad o a la terminal de ómnibus”, comentó Alicia Sosa.

 

Los propietarios, si bien admitieron que hubo una caída del servicio, aseguraron que es una medida imprescindible para solventar el mantenimiento de los vehículos. Además, adelantaron que pedirán otra suba a mediados de noviembre para que entre en vigencia antes de fin de año.

 

Escudero explicó que un auto carga al menos 200 pesos de GNC por día y paga un promedio de 70 pesos por acceso a la frecuencia, que es el servicio que brindan las agencias que reciben los llamados y pasan los viajes a los taxistas. Aseguró que durante la semana  la recaudación no sobrepasa los 500 pesos, y los días de mayor trabajo  apenas supera los mil.

 

“Cuando se piden aumentos y no son consensuados o con un estudio de costos que sobrepasa a los costos reales, perjudican a quienes menos tienen. No negamos que los propietarios tienen gastos de mantenimiento, pero que pongan los montos reales porque sino le quitan la rentabilidad a los trabajadores”, sostuvo.

 

Para Horacio Catalá, presidente de la Asociación de Conductores de Taxis (Acotax), el punto de vista del Sindicato de Peones de Taxis es entendible, ya que no hay un sistema un reparto equitativo de costos, y cada propietario tiene su sistema de trabajo, por lo tanto el chofer no verá reflejado el aumento en su sueldo.

 

“Pero también deben comprender que todos los insumos y costos de mantenimiento de los vehículos es muy elevado. A principios de año no estuve de acuerdo con el aumento pero a esta altura nos vimos  en la obligación de realizarlo”, dijo y agregó que a fin de año pedirán un nuevo incremento, que estima rondará otro 20%, para poder recomponer la devaluada tarifa, según indicó.

 

“A todo nos acostumbramos, y en el fondo hay una conciencia plena que así como aumenta todo, también debe reajustarse  en el transporte semipúblico. Esto es una recomposición gradual, porque si tuviéramos que aumentar todo lo que hemos perdido, sería insostenible, ya que vamos cerca del 60% o el 70%”, destacó Catalá.

 

“El incremento tenía que hacerse. El gas subió un 63% y nosotros seguimos con la tarifa de febrero, es insostenible”, opinó Celso Torres. El taxista y propietario señaló que es una situación muy difícil para todo el rubro, y que todas las posturas son válidas.  Resaltó que la preocupación central es el GNC y los gastos de mantención de los rodados. Afirmó que el gas tampoco rinde lo mismo que antes, aseguró que un tanque lleno antes rendía 100 kilómetros, mientras que actualmente no alcanza para 80, por lo que piensa que bajó la calidad del combustible.