Un ‘acuerdo rápido’ con los buitres, la apuesta oficial para reactivar

Un ‘acuerdo rápido’ con los buitres, la apuesta oficial para reactivar

Por Paola Quain. El Gobierno acelera para cerrar el litigio. Economistas consideran que si se acaba en marzo, se podría frenar la recesión por endeudamiento e inversiones.

La posibilidad, ahora más cercana, de que la Argentina salga del “default técnico” tras la decisión del juez Thomas Griesa de respaldar que se levanten las medidas cautelares que pesan sobre el país si se cumplen ciertas condiciones, tendrá un impacto positivo pero moderado en la economía real en 2016: con deuda e inversión pondría un freno a la recesión, aunque el mundo en crisis y un consumo débil impedirán evitar el crecimiento cero en el año.

La noticia proveniente de Nueva York posiblemente sea, según los analistas, una de las más importantes para el escenario local, bajo la expectativa de que, una vez que sean derogadas las leyes de pago soberano y cerrojo en el Congreso, según la condición impuesta por el magistrado, haya un acuerdo con los holdouts y se normalice la situación externa argentina.

La oportunidad para dar por terminado el conflicto con los fondos buitre en marzo abre un escenario de menores trabas para el plan de endeudamiento de la gestión Macri, que buscará fondos para reactivar la economía pero tendrá los límites impuestos por un elevado déficit fiscal y la falta de competitividad que resulta, entre otros factores, de la escasa inversión en tecnología.

Guillermo Nielsen destacó que “sin dudas se trata de una noticia muy buena para el país, teniendo en cuenta el corto plazo de las negociaciones, que demuestran que, con poco, se pudo revertir la situación”. “Aún así, la llegada de inversiones en economía real demoraría, porque se trata de operaciones que llevan tiempo”, matizó. Pero sin dudas, “los capitales que ingresen por supuesto darían un respiro que ayudaría a bajar la inflación”, se entusiasmó.

Existen diferencias entre los efectos en el mercado financiero y la economía real. “El precio de los bonos podría mostrar alguna reacción en lo inmediato, porque lamentablemente coincidió con un mal momento del contexto internacional”, dice Maximiliano Castillo Carrillo, director de ACM, sobre la tasa que pagaría el país. “Los títulos de corto plazo serán los beneficiados. Para que suceda lo mismo con los de vencimiento a largo plazo, los inversores deberían observar una mejora de las condiciones generales”.

Tracción. Entre los sectores que van a traccionar una recuperación más rápida en el segundo semestre, si hay acuerdo en marzo, se encuentran la construcción privada y el agro. En ese último caso, Castillo subrayó que después de junio el optimismo del sector se traducirá en una siembra superior a la de la última campaña.

El alivio será discreto según ACM: “Vemos una economía estancada (crecimiento de 0% del PBI en 2016), y una inflación de 30%. Si lasnegociaciones demoran hasta agosto, habrá un empeoramiento de la actividad económica, el empleo y la inflación”.

En la misma línea, Jorge Vasconcelos, vicepresidente de IERAL, coincidió en que aún con un acuerdo, este año no habría crecimiento de la economía, porque “el déficit fiscal es muy elevado y parte de los dólares que se consigan en el exterior posiblemente vayan a cubrir pagos”, por lo que consideró que es importante que se puedan sentar las bases para un repunte en 2017.

Entre las restricciones más importantes para la recuperación se encuentra un complejo panorama mundial –la caída de 4% de Brasil– y los problemas de competitividad por la falta de inversión en tecnología. Para Vasconcelos, resolver el conflicto con los buitres permitiría que se inicien proyectos de inversión pública de largo plazo. “Si se abriera el financiamiento externo, los sectores que podrían quedar más expuestos son los textiles y electrónica”, concluyó.

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