El acuerdo Cambiemos - FPV sacude la Legislatura e instaló a Pablo Bruera en el escenario provincial

El acuerdo Cambiemos - FPV sacude la Legislatura e instaló a Pablo Bruera en el escenario provincial

En la Provincia, Cambiemos comienza a ensayar una estrategia para horadar al Frente Renovador y poner al FpV como socio en la administración de la Legislatura e interlocutor privilegiado.

Claro está: ese enroque tiene costos para todas las partes y rompe con el plus que el massismo le había garantizado a María Eugenia Vidal desde que asumió. Ahora el bonus track para sacar leyes se lo dará el kirchnerismo, que desde el 10 de diciembre del año pasado cuestionaba al FR por cumplir ese rol. En medio de ese despiole, intendentes de peso pidieron que Pablo Bruera sea incorporado a la administración provincial, es decir, pidieron su regreso al escenario mayor.

Junto al ex intendente de Quilmes, Francisco “Barba” Gutiérrez, Bruera cumplirá funciones en el Grupo Banco Provincia. La versión más extendida es que será síndico de algunas de las empresas con las que cuenta el holding.

Pero más allá de la tarea que le asignen al ex jefe comunal de La Plata, lo trascendente en términos políticos es su regreso a las grandes ligas desde aquel 10 de diciembre de 2015, cuando dejó su cargo luego de 8 años al frente de la MLP.

Entre aquellas jornadas febriles, tórridas y conflictivas cuando Julio Garro tomó la posta en un clima social y económico signado por el caos, las denuncias y la protesta callejera, y esta semana en la que volvió a estar en los medios, Bruera optó por tomar distancia de la política pública y delegó en su equipo de confianza la dinámica cotidiana del PJ La Plata.

Pero el nuevo escenario provincial trastocó el juego de equilibrios inestables entre los sectores políticos y abre un camino de plata para que el ex intendente regrese a la escena principal.

Fue por pedido de intendentes de peso de distritos importantes que negocian con María Eugenia Vidal un pacto de gobernabilidad en la Legislatura bonaerense.

En Cambiemos intuyen que el acuerdo con el massismo potenció las posibilidades de un ascendente Frente Renovador, y aunque lo nieguen en público, los funcionarios de Macri en la Provincia se fruncen de verdad cuando miran los números de las encuestas que profusamente repasan pensando en las próximas elecciones. En todas, la alianza de gobierno está tercera, lo que podría constituir un golpe de KO para lo que resta hasta 2019.

La paradoja es que en el kirchnerismo de La Plata se especuló con el pase a cuarteles de invierno de Bruera, pero no parece haber surgido en este tiempo alguna figura de mayor incidencia, peso, o perspectiva electoral que la del ex intendente. Como se dice en estas lides, nadie mide más que él. Es un fenómeno parecido al que a nivel provincial ocurre hacia el interior del FpV: la figura de Daniel Scioli despierta simpatías y antipatías, pero como “mide” (según dicen) sigue estando en carrera.

Paradojas: los más cristinistas del FpV local observan tímidamente cómo la figura de Pablo Bruera vuelve a emerger apadrinada por aquellos que, en definitiva, van a tener la lapicera para armar las listas. Sufren por no haber cumplido con la máxima de viejos peronistas: “Nunca critiques aquello que alguna vez haz vender”. Atónitos, jóvenes kirchneristas que se iniciaron a la política denostando la figura del ex intendente, leen y escuchan que los dueños de las decisiones y del poder no encuentran a ninguna figura local con capacidad de encabezar un proceso de desplazamiento o reemplazo de la hegemonía frágil que Cambiemos logró merced a su triunfo electoral.

Lo mismo pasa en la provincia de Buenos Aires. La entente Scioli – CFK sigue alzando vuelo, mientras el ex asesor principal del motonauta, Daniel Bein, siente pavorosamente cómo arden sus manos de tanto aplaudir la política económica de Alfonso Prat Gay

Es una época de trazos gruesos y transiciones lentas. No se avizoran puntos de quiebre en el desarrollo de cada sector ni en la política de alianzas que soñaron a su tiempo muchos dirigentes de diversas extracciones.

El macrismo siente que fortalecer el actual esquema de representación y mantener al FpV como principal adversario le otorga chances, quizá, parecidas a las que tuvo Macri en las últimas elecciones. Puede ser un error, o el único anhelo al que aferrarse en tiempos de vacas flacas y cuando las buenas noticias siguen sin aparecer.

Comentá la nota