Esto era un viejo anhelo de reclamo y gestión que no solo se venía haciendo desde la administración de Luis Castellano, sino de las anteriores, como así también acompañada por instituciones y vecinos por la necesidad de tener mayor y mejor agua potable para consumo humano. Esta es una de las barreras que se levantan para el desarrollo y el crecimiento de la ciudad y mejora la calidad de vida de la gente", indicó.

"Esto pone otros desafíos por delante. Cuando tengamos mayor caudal de agua tendremos mayor presión y esto va a revelar algunos déficits que hay en las cañerías domiciliarias, en donde muchas tienen 70 u 80 años y de acuerdo a un estudio que había realizado la UTN, el nivel de pérdidas de la ciudad supera el 40%. Esto nos pone a trabajar para poder resolver estos problemas, con recambio de cañerías o reparaciones para bajar ese porcentaje", completó.