El PJ no acordó las listas del 2017, pero ya hay anotados para el 2019

El PJ no acordó las listas del 2017, pero ya hay anotados para el 2019

Es porque detrás de la pelea por las candidaturas legislativas de este año se oculta la discusión por la futura carrera a la Gobernación.

La duda sobre Cristina Kirchner, los riesgos de la PASO, la pelea por las listas. Detrás de la coyuntura pura y dura de la elección de 2017 asoma un pulseo peronista de largo aliento: la pelea, manifiesta pero hasta ahora elegante, por la candidatura a gobernador en el 2019.

Hay un dirigente, Martín Insaurralde, alcalde de Lomas de Zamora, que no duda en decir en cada ronda política que trabaja para ser gobernador en el 2019. No lo dice en público pero puede computarse como primer anotado. La ansiedad del lomense explica en gran medida su distanciamiento con el grupo Esmeralda -que él fundó con otros intendentes, de hecho lleva de nombre la calle donde están ubicadas sus oficinas porteñas- y su acercamiento con La Cámpora y el eje Matanza que integran Verónica Magario y Fernando Espinoza.

"Magario, Espinoza e Insaurralde, con Cirio, cenan juntos seguido. Ahora se llevan bien" cuenta un operador peronista bien informado. Hay una pelea antigua entre el jefe del PJ bonaerense y el lomense.Ya en 2013, Espinoza empujó para que Magario -por entonces concejal- encabece la lista del FpV. Pero, al final, Cristina prefirió a Insaurralde y relegó a la matancera al tercer escalón.

Cuando un mes atrás empezó el movimiento de pinzas para que Cristina no sea candidata y promueva en su lugar a Magario, Insaurralde se enfrentó a un escenario inquietante: si la aventura electoral de Magario resultara exitosa este año, la intendente de La Matanza quedaría parada para la pelea por la Gobernación.

Al margen de la rispidez con Florencio Randazzo, la irrupción de la alternativa Magario (patrocinada por Cristina y La Cámpora) fue lo que forzó el movimiento del lomense que ahora, a diferencia de unas semanas atrás, alienta que se mencione su nombre como posible candidato, a diputado o a senador, en este 2017.

La ecuación es bien sencilla. Cristina no parece interesada en ser, en dos años, candidata en la provincia, Daniel Scioli ya ocupó ese cargo y difícilmente quiera/pueda volver y Randazzo se negó cuando tenía todo allanado para pelear por la residencia de la calle 6 en La Plata.

Si la oferta electoral del peronismo pasara por cualquiera de esos tres nombres, la discusión por los posicionamientos para el 2019 quedaría en suspenso. Pero si aparecen Magario, Fernando Espinoza, Gabriel Katopodis o Eduardo "Bali" Bucca en lugares visibles de la boleta, en 2017 también se pelea el 2019. Katopodis y Bucca son el ala del Esmeralda que se mueve a la par de Randazzo. Esos nombres, junto a Insaurralde, están en la ruleta de las listas de este año y, además de que para algunos es un atajo para salir de sus distritos, de fondo está la expectativa de la provincia dentro de dos años.

“Sabemos que una PASO puede romper todo y con un peronismo roto va a ser muy difícil recuperar la provincia en 2019”, aportan desde La Matanza, donde se produce un fenónemo puntual: Espinoza oficia de jefe, pero es Magario la que se recorta como potencial candidata.

Luego del pacto de Caballito entre Máximo Kirchner, Espinoza, Insaurralde y los intendentes del grupo Fénix, se empezó a agitar la hipótesis de que Magario y el lomense compartan la boleta para, eventualmente, enfrentar a Randazzo.

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