La remuneración mínima legal se ubica en 2300 pesos y los aumentos que buscan las distintas partes elevarían su valor entre 2800 y 3500 pesos. Desde la cartera que conduce Carlos Tomada reconocen que, más allá de las diferencias entras las pretensiones patronales, gremiales y gubernamentales, las dificultades para llegar a un acuerdo son fundamentalmente políticas.

La aprobación del valor del salario mínimo requiere el voto de dos tercios de los 32 miembros del Consejo del Salario. La ausencia de los cinco aliados del titular de la CGT, Hugo Moyano, la histórica negativa de los tres representantes de la CTA para votar a favor y las abstenciones y negativas de los representantes de las cuatro entidades agropecuarias anticipan los obstáculos que tendrá esta convocatoria para lograr una salida consensuada. Incluso cuando alguno de los moyanistas decida presentarse –en Trabajo creen que existe la posibilidad de que Luis Pérez, del Sindicato de Seguros, participe, ya que si bien su gremio está en las filas del líder camionero su posición personal es distinta–, será necesario lograr el visto bueno de los enviados por la CTA, el resto de los miembros de la CGT y los empresarios. Desde 2004, los sindicalistas encabezados por Hugo Yasky solamente votaron por la positiva el año pasado.

Por eso, si luego de dos sesiones plenarias los participantes no logran llegar a un acuerdo, el ministro Tomada estará preparado para emitir un laudo donde establezca el monto y los plazos. Esa atribución todavía no fue utilizada en las nueve convocatorias consecutivas que tuvo el convite. Mientras que para el sector que responde a Moyano esa salida representaría un fracaso para el Gobierno, desde Trabajo resaltan “la importancia de mantener actualizado el salario mínimo”.

El impacto directo de un incremento en la remuneración mínima legal es limitado. En el Ministerio de Trabajo estiman que existen 113 mil trabajadores registrados percibiendo salarios alrededor del SMVM, el 1,9 por ciento de los asalariados formales. Desde el equipo de Tomada explicaron que, si bien el mínimo no funciona como un piso para los asalariados no registrados, su valor representa un parámetro relevante para la evolución de sus ingresos.