“No voy a aceptar ninguna conspiración”

“No voy a aceptar ninguna conspiración”

La oposición llamó a una marcha al Palacio de Miraflores, lo que para el gobierno repite el libreto de la movilización que derivó en el golpe de Estado contra Chávez, en 2002.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, aumentó ayer un 40 por ciento el ingreso mínimo de los trabajadores y amenazó con la ocupación de empresas que cesen actividades, un día antes de la huelga general convocada por la oposición en su ofensiva contra el gobierno.

“Decreto y voy a firmar el 40 por ciento de aumento integral, del ingreso mínimo legal’’, anunció Maduro en un acto público de entrega de viviendas, lo que deja el monto en 90.911 bolívares (unos 140 dólares), que incluyen salario y un bono de alimentación. La huelga de 12 horas es parte de la nueva estrategia que lanzó el miércoles la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en el cierre de una manifestación de cientos de miles de personas que, tras la suspensión del proceso de referendo revocatorio hace una semana, exigieron la salida de Maduro del poder. “A Venezuela no la para nadie. Venezuela quiere trabajo y va a prosperar’’, dijo Maduro en cadena nacional de radio y televisión, en su primera reacción ante la convocatoria de la MUD.

El presidente ratificó la advertencia que adelantó el miércoles el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, quien sostuvo que las Fuerzas Armadas ocuparán las empresas que se acojan al llamado a paro. “Empresa parada, empresa recuperada por los trabajadores y la revolución. No voy a aceptar ninguna conspiración’’, sentenció el presidente socialista, cuyo período concluye en enero de 2019.

La oposición, por su parte, buscaba concretar apoyos a la huelga general en organizaciones de la sociedad civil y los empresarios, a quienes Maduro acusa de librar una guerra económica para desestabilizarlo. En la sesión legislativa de ayer, la oposición, que controla el parlamento, abrió la tribuna de oradores a representantes de agrupaciones civiles y personas que se dijeron víctimas de la severa crisis política y económica que golpea al país petrolero.

La escalada incluye, por parte de la Asamblea, una inminente declaración de Maduro “en abandono del cargo’’, una figura prevista en la Constitución para cuando el mandatario no cumple con sus deberes. Justifican esta postura en que la gira del presidente, de cinco días, por Asia (visitó Qatar, Arabia Saudita, Azerbaiján e Irán en un intento de alcanzar un acuerdo para restringir la producción de petróleo y evitar que siga bajando el precio) y Europa, durante la cual fue sorpresivamente recibido por el Papa en audiencia privada y se entrevistó en Lisboa con António Guterres, el electo secretario general de la ONU, no había sido formalmente autorizada por la Asamblea General.

La MUD también anunció una marcha al Palacio de Miraflores el 3 de noviembre, lo que para el gobierno repite el libreto del 11 de abril de 2002, cuando una movilización hacia la casa de gobierno derivó en un golpe de Estado que sacó del poder a Hugo Chávez durante tres días. “Aquí estoy con el cargo abandonado, el abandonado me llaman. Esto (el incremento del ingreso) lo hago en el ejercicio del abandono del cargo. ¡Imagínense! Qué ridícula esta gente’’, ironizó el presidente. El gobernante también llamó a sus seguidores a movilizarse en las calles: “Hay que derrotar el golpe parlamentario. La historia de los golpes de Estado la conocemos completica’’, afirmó.

Pero la oposición asegura que fue Maduro quien rompió el hilo constitucional, al despojar a los venezolanos del derecho al voto manipulando al poder electoral y a la Justicia. Aunque no está contemplado en la Constitución, la MUD decidió el pasado domingo abrir un procedimiento de juicio político, al responsabilizar al presidente del agravamiento de la crisis. La MUD sostiene también que el revocatorio era la “válvula de escape’’ de una población hastiada de la escasez de alimentos y medicinas, y una inflación que este año llegaría a 475 por ciento según los cálculos del FMI.

Maduro destacó que el aumento decretado ayer es el cuarto al salario mínimo en un 2016 que “ha sido el año más duro de la guerra económica’’.

Además, el ministro de la Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, informó ayer que el gobierno iniciará hoy una fiscalización a todas las empresas productoras y distribuidoras de alimentos y medicinas, con el fin de garantizar la distribución de los productos a pesar de la huelga. La fiscalización, “visita” y “acompañamiento”, según explicó el ministro al canal estatal Venezolana de Televisión, se realizará también a los centros de acopio de distribución de la red de farmacias y laboratorios, así como a aquellas que producen y distribuyen productos para la higiene personal y aseo del hogar. “Todo el entramado comercial, agroindustrial, de procesamiento de alimentos y todo el proceso distributivo debe estar activado el día de mañana porque debemos garantizarle a nuestro pueblo que le llegue su alimento, que le llegue su medicina, que los hospitales tengan sus insumos”, acotó el ministro.

Padrino López indicó que ninguna comercializadora de alimentos se puede paralizar, por lo que exhortó a los Comités Operativos de Producción Obrera (COPO) a que sean, según el ministro, los propios trabajadores los que garanticen el funcionamiento de todas las empresas referidas.

En medio de la crispación, sorpresivamente se abrió la posibilidad de un diálogo. El pasado lunes, un emisario del Vaticano anunció la instalación el próximo domingo en isla Margarita (norte) de una mesa de diálogo. No obstante, los dirigentes de la MUD, tras mostrar fracturas en torno al tema, descartaron viajar a Margarita y advirtieron que si se sientan a hablar deberá ser en Caracas, para mayor transparencia, y con la reactivación del proceso de revocatorio o elecciones anticipadas en agenda. “No hay ninguna división. Vamos a insistir en la necesidad de retomar de manera urgente la agenda electoral para solventar esta crisis a través de un referendo o acordar unas elecciones adelantadas’’, declaró el secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba.

Maduro insistió ayer en llamar al diálogo, que auspician la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) a través de una comisión de ex gobernantes. “Tenemos que defender el derecho a la paz. El próximo domingo, llueve o relampaguee, voy a asistir a la mesa de diálogo. La vía de Venezuela es el diálogo’’, aseveró.

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