"Acá no se acaba nada": crónica de la noche en que los votos de La Matanza no alcanzaron para el triunfo de Cristina Kirchner

Unidad Ciudadana consiguió más votos que en las PASO, pero menos que lo que creció Cambiemos. El apoyo del distrito clave no consiguió dar vuelta el resultado. CFK llamó a la "unidad"

A pesar del rock nacional y la cumbia que a todo volumen llenaron el espacio en Arsenal de Sarandí, esta vez la intensidad, la efervescencia y el optimismo por la "vuelta", características del gen kirchnerista post 2015, se licuaron en la densidad de una derrota que se veía venir. Lo que quedó, lo que fue durante la tarde y la noche en Avellaneda, se pareció más a un esfuerzo por no perder las esperanzas que a una verdadera ilusión de triunfo. Con la derrota consumada, Cristina Kirchner pisó el escenario a las 23.24 e inyectó cierto clima de optimismo, al menos en las personas que la escuchaban a su alrededor. Si bien admitió que "no nos alcanzó" para vencer a Cambiemos, analizó que "Unidad Ciudadana sumó más votos que en las PASO" y, especialmente, apuntó a un futuro que la incluye en la línea de los protagonistas de la política nacional para los próximos años: "Acá no se acaba nada".

"¡Cristina senadora!", devolvieron los cerca de 300 militantes desde abajo del escenario del polideportivo de Arsenal. Rodeada por los candidatos a diputados, y con Jorge Taiana a su izquierda, la senadora electa reconoció la derrota en un discurso breve sobre el que vibraba la tensión de la decepción. "No nos alcanza para superar a nuestros adversarios pero somos serios y responsables. Hemos sumado más votos que en las PASO. Hemos sido capaces de crecer", dijo.

A la ex Presidente la votaron este domingo 3.491.136 bonaerenses (37,25%, con el 99,2% de las mesas escrutadas). En agosto habían sido 3.229.194 (34,27 por ciento), 20.234 votos más que los que recibió Esteban Bullrich. El corazón de esa diferencia había sido La Matanza.

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Esta vez, si bien sumó 30 mil votos respecto de las PASO en ese distrito, no alcanzaron. Cambiemos le sacó 387.114 votos de distancia en toda la Provincia. Fernando Espinoza, presidente del PJ bonaerense y líder matancero, llegó a Sarandí cerca de las 22 junto a la intendenta de ese Partido, Verónica Magario, y subió a saludar a Cristina, que recibía las novedades en el segundo piso del hotel donde concentran los jugadores de Arsenal.

A esa altura, y a diferencia de lo que pasó en agosto, los votos que traían ya se sabía que no serían determinantes, porque Cambiemos había sumado allí 40 mil más que hace dos meses, al absorber muchos de 1País (la fuerza liderada por Sergio Massa estaba cayendo de 13,37% a 9,56%).

Junto a Daniel Scioli, la diputada Juliana Di Tullio y su asesor catalán Antoni Gutiérrez Rubi, Cristina Kirchner, que había llegado a Sarandí a las 19, miraba con un ojo los resultados que publicaba la Dirección Nacional Electoral (DINE), y con el otro recibía los datos del "escrutinio paralelo" que montó Unidad Ciudadana en el Instituto Patria.

En el frente cristinista están convencidos de que en las PASO hubo manipulación "evidente" de los datos. Un conjunto de profesionales e investigadores del área informática acercó su preocupación sobre el proceso de escrutinio y entonces se armó un equipo que desarrolló en dos meses un sistema completo de relevamiento, validación y control.

El sistema cargó datos de todos los municipios, los integró en una base única y después validó con la ayuda de 300 voluntarios distribuidos en todo el país, quienes desde sus casas hicieron el mismo trabajo que hace la empresa española Indra, contratada para hacer el conteo oficial: recibían una imagen de un acta y cargaban los datos que leían.

Así, con esa doble información y la celeridad que esta vez sí hubo desde la DINE, la ex Presidente supo pasadas las 21 que no llegaría a superar a Cambiemos y que Taiana se quedaría afuera del Senado y la banca pretendida iba para Gladys González.

"Nosotros creemos que una fuerza opositora a este modelo necesita poder ampliar su base de crecimiento y para eso es necesario ser generosos, inteligentes y comprender que es necesariala unidad de los que creemos que otra Argentina es posible", remarcó entonces Cristina en su discurso.

Por eso, y con la idea de solidificar su estatus, Cristina, que al momento de hablar estaba cuatro puntos debajo de Esteban Bullrich, llamó a ampliar el espacio de Unidad Ciudadana, pero sin mencionar explícitamente al peronismo tradicional: "Hemos sido capaces de crecer a pesar de que nos hemos enfrentado a la más enorme concentración de poder desde la restauración democrática. El resto de las fuerzas no resistió y nosotros hemos crecido. Sólo Unidad Ciudadana ha crecido. Y emerge como la oposición más firme a este gobierno", remarcó.

Cristina subió al escenario con los candidatos a Diputados, pero esta vez sin los ciudadanos comunes que la acompañaron aquella madrugada de agosto. Tampoco había intendentes, excepto por Magario. En las PASO, además de la jefa comunal de La Matanza, habían estado en Arsenal Ariel Sujarchuk (Escobar), Gustavo Menéndez (Merlo), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas) y el local Jorge Ferraresi (Avellaneda). Esta vez no se vio a ninguno.

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Alrededor de ellos alegaron que se habían quedado "cuidando" los votos en sus respectivos distritos (Ferraresi estuvo en la sede del PJ local, a unas 30 cuadras del club de Sarandí). Pero hay quienes creen que, como ninguno quiere perder, algunos ya le hicieron un vacío a Fernández de Kirchner. De hecho, Nardini y Menéndez se juntaron sorpresivamente 20 días atrás con Miguel Angel Pichetto, jefe de la bancada del PJ en el Senado y uno de los peronistas más distantes de la figura de Cristina y de una posible unidad.

"Tenemos tres millones y medio de votos, si el peronismo quiere recuperar el poder tiene que sentar a la mesa a Cristina", comentó un dirigente minutos antes de que la ex Presidenta subiera al escenario.

Con la contundente derrota de Juan Manuel Urtubey en Salta, las caídas en Córdoba, Chaco y Entre Ríos, alrededor de Cristina remarcaron que nadie podrá despreciar su arrastre de votos cuando haya que diseñar un futuro de unidad. "Unidad Ciudadana ha venido para quedarse y será la base de la construcción de la alternativa a este Gobierno. La sociedad ha elegido el modelo de oposición que quiere", dijo, para dejar en claro esa idea, Cristina Kirchner. Alrededor la aplaudían Leopoldo Moreau, Axel Kicillof, Martín Sabbatella y el líder sindical Hugo Yasky, entre otros.

Cristina Kirchner

Sin embargo, la foto final no fue la que imaginaban los dirigentes de Unidad Ciudadana antes de agosto. No hubo una Cristina victoriosa y entonces el liderazgo del peronismo seguirá en discusión. Quizá por eso, en su breve discurso final, la senadora electa buscó apelaciones al futuro, a la épica y a la resistencia.

"Acá no se acaba nada. Acá empieza todo", dijo la ex Presidente. Y saludó y se fue. De fondo sonaba un tema de Las Pelotas.

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