"6.000 familias en situación de inseguridad alimentaria"

La nueva secretaria de Desarrollo Humano, María Eva Rey, expuso que las bolsas que se entregan no cumplen con los valores nutricionales y que asisten a 50 comedores-merenderos.

“Es el piso de dignidad. Alguien que no tiene asegurada sus cuatro comidas diarias, poco puede pensar en desarrollarse en otras cuestiones: en lo laboral, educativo, recreativo, cultural”, sintetizó la nueva secretaria de Desarrollo Humano (ex Políticas Sociales), María Eva Rey. En medio de la crisis alimentaria producto de la situación económica, el Municipio debió poner en marcha el Comité de Crisis e iniciar gestiones para la llegada de alimentos destinada a las familias más carenciadas de la ciudad ya que “la gestión saliente entregó el depósito de mercadería vacío”, según denunciaron desde el Departamento Ejecutivo.

En esa línea, la nueva gestión cuestionó que “durante los últimos meses de gobierno de la gestión saliente, el suministro de mercadería fresca y seca asumido como compromiso frente a cientos de familias y comedores de Luján, que dependen de esta asistencia para subsistir, se vio disminuido e interrumpido”. Debido a la compleja situación financiera en la que se encuentra el Municipio, reconocieron que no pueden “afrontar la compra de insumos en la cantidad necesaria para proveer la asistencia alimentaria comprometida, al menos, durante el mes en curso y los dos meses posteriores” por la “descomunal deuda millonaria adquirida por la gestión municipal anterior”. En ese contexto, el intendente Leonardo Boto y la secretaria de Desarrollo Humano se reunieron tanto con autoridades nacionales como provinciales para solicitar el envío de mercadería.

“Encontramos el depósito de mercadería literalmente vacío”, afirmó Rey en diálogo con EL CIVISMO. Según expuso, “a mediados de año, se aprobó una licitación y estaban autorizados a realizar una compra de mercadería justamente para poder llegar a fin de año con el caudal de mercadería necesaria para poder responder a la demanda de alimentos. Pero se dejó caer esa licitación y no se ejecutaron las compras. En el cálculo, se estimó que llegaban bien a noviembre y le empezaron a decir a la gente que viniera el 10 de diciembre a pedirle a la nueva gestión”.

Cuatro días antes de asumir, el ex director de Políticas Sociales, Carlos Romero, advirtió del faltante a las autoridades entrantes. “Nos dijo que el depósito estaba vacío y ahí lo pudimos chequear visualmente. Hasta ese momento, en la reunión formal de transición con la secretaria de Políticas Sociales (Mónica Issouribehere), ella no nos dijo eso y su informe fue mucho más que positivo. Es más, habló de convenios alimentarios con Provincia y Nación que no eran tales. Se estima que eran acuerdos más bien informales. Por lo cual, no tuve la posibilidad de reclamar algún tipo de asistencia a través de un convenio”.

Algo similar ocurrió en estamentos superiores, según expuso Rey: “En Nación y Provincia, por lo que refieren las nuevas autoridades, dejaron en la misma condición. Hablé con una directora provincial y estuvimos con una secretaria nacional de Inclusión Social y refirió que la situación de los depósitos del Ministerio de Desarrollo de Provincia y Nación también estaban vacíos. Por más de que Leo (Boto) tiene todo el apoyo, hubo que esperar los tiempos mínimos como para poder organizar la llegada de los alimentos”. 

Con la Navidad casi encima, el lunes se pudieron entregar los bolsones con alimentos en forma individual y algo de mercadería a comedores y merenderos. “El objetivo nuestro era que, por lo menos, llegara una bolsa de alimentos secos y un pan dulce a cada mesa. Como gesto, porque esto no resuelve la situación de pobreza estructural y de inseguridad alimentaria. Claramente, como en Nación y Provincia el espíritu es acompañarnos en esto, pudimos gestionar reuniones con los ministerios de ambos niveles y recibimos la mercadería necesaria para cumplir con el compromiso de 3.000 familias”, sostuvo la responsable de Desarrollo Humano.

- ¿Cuántos centros se asisten desde el Municipio?

- 50 comedores-merenderos que se desconoce la totalidad de personas que atiende. Tenemos 3.000 personas en forma individual que retiran del depósito de la sede nuestra o las descentralizadas (por ejemplo, en Olivera los vecinos retiran en esa localidad). Y una misma cantidad circulan por los comedores y merenderos que también se asisten. Serían unas 6.000 familias en situación de inseguridad alimentaria.

- ¿Cómo se implementaría en ese contexto la tarjeta alimentaria que lanzó Nación?

- Va a ayudar a familias que tengan niños hasta 6 años, embarazadas y con hijos con discapacidad. Los montos van a ser de entre 4.000 y 6.000 pesos. El gobierno de Alberto Fernández generó un Consejo Nacional de Políticas Sociales -o Argentina Contra el Hambre- que nuclea diferentes áreas vinculadas a la seguridad alimentaria. Esto también tiene que ver con el agua potable, que es un gran problema en Luján. Nosotros, en cierta medida, vamos a replicar este Consejo con diferentes acciones, como por ejemplo el Comité de Crisis que ya fue firmado por el intendente. A nivel nacional se están pensando varias líneas que deberían ser complementarias porque la cuestión alimentaria no es solamente la llegada de un paquete de fideo o arroz, sino que hay que pensar la cuestión nutricional más amplia que impacta fuertemente en el desarrollo de los niños y adolescentes que luego serán los futuros adultos. Esta tarjeta apunta a mejorar la alimentación en la primera infancia pero a nivel local vamos a tener que pensar estrategias para acompañar a las otras poblaciones vulnerables: niños de más de 6 años, adolescentes, jóvenes, mujeres en situación de violencia. Entendemos que el hambre tiene que ser pensando de forma integral y no es solo una cuestión de Políticas Sociales o Desarrollo Humano.

- La tarjeta se empezaría a aplicar en forma progresiva. ¿Hay alguna expectativa de cuándo se implementaría en Luján?

- Hay una prueba piloto en la ciudad de Concordia, Entre Ríos, que es un anclaje de pobreza muy importante. Estimamos que entre enero y febrero se va a empezar a implementar en Luján. Todavía no hay fechas pautadas.

- ¿Para eso tienen que hacer algún relevamiento?

- La gente no tiene que empadronarse. Se hace un cruce de datos entre los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo, del programa Plan Más Vida que ya tienen una tarjeta con un monto mínimo. Se usaría esa base de dato para la tarjeta alimentaria.

- ¿Eso cómo se complementaría con la asistencia local?

- Por más de que Nación tenga estas tarjetas y seguramente en Provincia haya algún plan que acompañe, desde lo local tenemos que ir pensando cómo mejorar esto, desde la calidad nutricional, que lleguen los productos e ir mejorando las condiciones de comedores y merenderos que muchos de ellos empezaron a asistir sin recursos y en total precariedad infraestructura. Llegó la demanda, los chicos estaban sin comer y se pusieron a cocinar en el barrio. Eso vamos también a tratar de mejorar.

- ¿Y la cuestión nutricional?

- No se cumple con la pirámide alimentaria básica. Hay una pirámide que tiene una determinada composición y porcentajes en esa composición que acá no se cumple. Nosotros queremos reformular todo lo que tiene que ver con seguridad alimentaria y poder pensar no solo la asistencia de la bolsa de alimentos sino en generar el contacto de las personas en situación de pobreza o con bajos ingresos a los productores cercanos locales. Esto significa bajar los costos no solo a nivel nacional con la Ley de Góndolas o Precios Cuidados sino también a nivel local acercando productores de la economía popular a la mesa de las personas que más necesitan.

- ¿Cómo ha sido la demanda de los vecinos en estas dos semanas que llevan de gestión?

- Constante y creciente. La mayor demanda se da en la Dirección de Abordaje Territorial y Asistencia Crítica, que tiene a cargo Cintia Barbieri, quien ocupa el lugar que antes era de Políticas Sociales. En la sede la demanda ya empezó el mismo 11 de diciembre. Ese día hubo unas 50 personas preguntando porque estaba la expectativa. La cuestión perversa de haber dejado el depósito vacío pero además haberle dicho a la gente que vengan después del 10. No le fueron advirtiendo a la gente del faltante. A partir de ahí, tenemos demanda continua y constante. En ese contexto, entre el viernes y el lunes se empezó a repartir.

Por otra parte, la funcionaria reconoció que “hay mucha reacción negativa cuando se habla de asistencia alimentaria. Uno lo ve en las redes, en los comentarios de los vecinos de Luján. En realidad, comparativamente con otros presupuestos, no es mucho. Lo que pasa es que recibimos un Municipio totalmente endeudado, con todas las cuentas en rojo, debiéndole salarios a los trabajadores. Entonces, había que salir a conseguir eso”.

- ¿En qué situación encontraron la Secretaría?

- La Secretaría, que está compuesta por cuatro Direcciones y dos Subdirecciones, a nivel general la encontramos con mucho desorden administrativo y de personal. Un tercio del personal está en una situación sumamente precaria, con contratos de locación de servicio, es decir facturando, y no cobran desde septiembre. Pero además de eso, la mayoría de este personal está en las áreas más sensibles: Niñez y Abordaje Territorial y Asistencia Crítica.

- ¿Cómo está la situación con los proveedores del área?

- Además de recibir a las personas que venían a buscar su bolsa de alimento, tenemos todo el tiempo los proveedores. La gran complejidad es que ni siquiera podíamos hacer una compra directa. Porque la ley exige que las compras directas sean de hasta un monto y para determinados productos. Por el volumen que nosotros necesitamos comprar, esto nos excedía. A su vez, los proveedores históricos no nos querían entregar mercadería por la deuda que el Municipio tenía con ellos. Estaba cortada la cadena de pagos. Eso complejizó mucho más.

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