Sin 2013 no hay 2015...sin agosto no hay octubre

Sin 2013 no hay 2015...sin agosto no hay octubre
Estamos siendo arrastrados vertiginosamente hacia la segunda mitad del año, tras un tiempo sabático que -sabíamos- se iba a terminar de manera abrupta.

Sí. Estamos siendo arrastrados vertiginosamente hacia la segunda mitad del año, tras un tiempo sabático que -sabíamos- se iba a terminar de manera abrupta. Es como si los jujeños hubiésemos estado mirando la actualidad por TV, donde se reflejaba un escenario que parecía distante y hasta ajeno. Son los anticuerpos, que a veces genera automáticamente la sobredosis de actualidad. Pero ahora, terminado el recreo, debemos asumirnos inmersos en un año denso, electoral, cargado de vísperas y de presagios. Las dos vertientes que alimentan el teatro de las acciones tienen como siempre como protagonistas excluyentes a las gestiones de gobierno, provincial y municipales, y a la actividad política propiamente dicha. Veamos. El Gobierno de Jujuy se abrazó a la previsibilidad financiera, como un náufrago a un madero en medio de la riada. Así lo repitieron los ministros hasta el cansancio sintonizados con definiciones del gobernador. Tuvo algunos éxitos. Arregló el siempre espinoso tema docente a comienzos de año; sorteó con relativo suceso algunos conflictos permanentes en el área de salud, pudo gambetear discretamente con la obra pública, que aún fuertemente desacelerada le dio sin embargo varias satisfacciones. Logró detener en el mismísimo borde del abismo el impulso de una inercia indeseada que amenazaba con llevarse al precipicio al Ingenio La Esperanza. Los problemas reales y de fondo del complejo agroindustrial no están resueltos ni mucho menos, pero una importante luz de esperanza se encendió y seguirá iluminando en la medida que las partes interesadas no tiren nuevamente de la soga más de lo que se puede. El litio -a su vez- alumbra desde la Puna los nuevos caminos de la inversión, la producción y la captación de mano de obra. Acompañando a este cuadro, el sector privado, aprovechando impulsos y facilidades, se montó como pudo en la cresta de una ola que todavía recibe un viento de cola, (exhuracanado y hoy convertido en un céfiro acariciante). Pero... siempre hay un pero cuando un pobre se divierte, decían las abuelas.

De nunca acabar

El “pero” principal es la realidad inocultable que plantea la situación de los bolsillos de los trabajadores del Estado (tanto como los del sector público), exprimidos por una inflación que a este paso jamás podrá ser alcanzada por los aumentos de sueldos que además, llegan escalonados. El Gobierno se adelantó otorgando un 10 % a cuenta de futuros aumentos hace varios meses, y ahora se aumentaría otro 14 % para igualarse con la pauta nacional, pero esto ya ha sido licuado en las góndolas de los supermercados, en las carnicerías y panaderías, las cuotas de educación, las prepagas de salud, etc. etc. etc. Los gremios quieren el 30 % y con escalas más breves. Hoy, la situación ha llegado a un punto tal que el diálogo vuelve a parecer ineficaz. Los paros y movilizaciones recrudecen, y las palabras conciliadoras se convirtieron en gruñidos de ambas partes, cuando caciques sindicales y funcionarios muestran los dientes frente a cámaras y micrófonos. Por si esto fuera poco, hay más peros. Varios gremios están en vísperas de elecciones, y no es ningún secreto que la dureza de los jefes sindicales les suma puntos frente a la tropa. Esto es real, pero además es tan lícito como grave. A muchos de esos jefes su corazoncito político partidario también les comenzó a latir con fuerza y saben -o al menos lo presienten- que en este tiempo, sus zarpazos dolerán mucho más que en un año sin urnas en el horizonte. El ministro de Gobierno, Oscar Insausti, apareció muy duro en las últimas conversaciones con los sindicatos y en sus apreciaciones sobre las posiciones de los gremios. Sus dichos pueden ser opinables, pero no su pedido de que aquellos trabajadores que quieran concurrir a prestar servicios, puedan hacerlo con libertad y seguridad. El tiro de mortero -que cayó muy bien en la gente- fue para aquellos que seguramente apelarán a las fuertes movilizaciones, a los destrozos ya demostrados contra propiedades del Estado o al apriete liso y llano, para asegurarse “altos porcentajes de acatamiento” que luego exhiben como logros indiscutibles. Porque hay sectores y gremios como Upcn que siguen apostando a poner diques que eviten que la sangre llegue al cauce del Xibi Xibi. A Luis Cabana, líder upeceneista le cayeron en la espalda todo tipo de elegantes insultos e ironía, particularmente expresados desde Apuap por la voz del médico Víctor Aramayo, duro y persistente, si los hay. Cuentan que mirando en un noticiario las declaraciones de ambos en un despacho oficial un funcionario le dijo a otro: “Bueno, por lo menos, se están dividiendo, eso puede quebrar el frente de lucha”. Otro, más experimentado le dijo: “No cantés victoria, esas divisiones a la larga o a la corta, serán más frentes de combate en contra nuestra. Los gremialistas, pueden ser diplomáticos, pero tortuosos: las últimas facturas siempre las pagaremos nosotros”. Otra división de opiniones, silenciosa pero persistente se advirtió en el propio seno del Gobierno. Ocurrió cuando el gobernador Fellner se plantó en la escena y dijo textualmente que también se plantará a rajatablas en la pauta salarial nacional del 2 4%. Sutilmente definió a ciertos gremios como “radicalizados”, sin maquillaje denunció la intromisión política en las negociaciones y remató su frase anticipando que no pagará los días no trabajados. Algunos festejaron que Eduardo haya ocupado el centro del ring y de paso, se cobijaron rápidamente bajo la sombra tutelar de la más alta voz del oficialismo. Otros comentaron en voz baja que el primer mandatario debió reservarse y dejar que sus primeras espadas sigan enfrentando el combate y el desgaste. Pero ninguno se animó a expresarlo voz alta. “Hay fondos para atender el reclamo” aseguran desde los gremios, y están convencidos que detrás de sus embates esos fondos aparecerán, “siempre aparecen”, dicen. “Bueno”, contradijeron algunos funcionarios, “de última, lo que sobra es voluntad para dialogar, lo que falta, es la plata para pagar lo que piden, son mil quinientos millones mas..!”, y se fueron tras el último café del viernes. El sábado los iba a tener entretenidos en el armado final de las candidaturas nacionales.

Seis frentes, una sorpresa

El sábado, la mayoría de los partidos políticos transcurría con serenidad el primer tramo del armado de una ingeniería electoral de candidatos a diputados nacionales, que terminará en octubre. Esa serenidad no excluyó movidas interesantes, no exentas de intrepidez, cierta enjundia y apasionamiento. Esa tranquilidad quedó expuesta en el Frente de Izquierda de los Trabajadores, conformado por el Partido Obrero y el Partido de la Izquierda de los Trabajadores, encolumnados detrás de la candidatura del joven y ascendente dirigente Alejandro Vilca. Este sector recibió el fin de semana el impulso adicional de la visita del referente nacional del PTS, Christian Castillo, quien les auguró una excelente elección. El Frente con Fe en Jujuy, nuevo diseño que contenía a Lyder, al Partido Instrumento Electoral por la Unidad Popular y Fe y Cambio Jujeño, declinó presentarse y sorprendió al incorporarse al Frente Primero Jujuy. Ya decidida la primera candidatura para la doctora Isolda Calsina, sólo esperó hasta último momento las definiciones de los socios para integrar las listas: Alejandro Snopek del Partido Blanco de los Trabajadores y Javier Guzmán del MPJ. Merece mencionarse que es esta la apuesta más fuerte de Isolda de cara a su futuro político. Desengañada de su último acuerdo con la UCR, y de algún lejano coqueteo con el fellnerismo, está ahora al frente de un armado donde sin menospreciar a sus acompañantes, será la figura excluyente de la campaña y sobre ella recaerán suerte y verdad. Un tanto venido a menos tras los últimos traspiés, este frente anunció también la incorporación del histórico Movimiento Popular Jujeño, agrupación que nació del viejo tronco radical, que don Horacio Guzmán siempre alimentó y ofreció como una alternativa terminantemente opuesta al peronismo. En el 2011 se alió al Frente para la Victoria y que ahora insiste en acomodarse bajo la tutela de otro andamiaje neojusticialista. También para los emepejotistas, esta jugada suena a espasmos terminales, jugados en un escenario político de espaldas ya a su antiguo caudal electoral que quedó prisionero de la nostalgia. El Frente Unión PRO (PRO, Democracia Cristiana y Unión Popular), se definió por la primera candidatura del reciclado exministro de Ricardo de Aparici, Juan Carlos Villamea. Y es de hacer notar que el flamante instrumento electoral exhibe como perlitas de una posible “columna vertebral” que ya desechó el PJ, a dirigentes sindicales como Ramón Valerio Luna, de las 62 Organizaciones Peronistas y a Juan Carlos Martínez, secretario general de la CGT Jujuy, a quienes en otro momento, y en otras condiciones, hubiera sido obvio verlos alineados tras el peronismo gobernante. Todas estas formaciones tienen algo en común: casi en todas hay aroma a peronismo pero sin excepción desean con ansias apurar el final de la administración provincial del FPV y aunque no pueden dejar de reconocer logros, critican sin piedad la gestión de Eduardo Fellner y su equipo.

Los grandotes del barrio no se apartaron de su estilo. El Frente Jujeño, hoy UCR y Partido Socialista, ya sabían que el primer candidato sería Mario Fiad por su reelección y sólo demoraron para nominar a la segunda candidata, Gabriela Burgos mujer radical, y al tercero, Gustavo Ruch, hombre del PS. Obviamente, esperaron que el senador Gerardo Morales arribe a Jujuy para que abra “el confesionario” como le llaman al despacho donde el jefe escucha y decide, y llevaron con sus listas en tiempo y forma. El Frente para la Victoria -PJ, Partido de la Victoria y Norte Grande, sin el Moreci y el MUR en esta ocasión (por una cuestión de papeles)- también mantuvo las formas: la mesa chica, hoy de tres, tras los pases a retiro del actual senador Walter Barrionuevo y el exvicegobernador Pedro Segura, resolvió que convertirán al presidente del bloque de diputados provinciales Olindo Tentor en diputado nacional y que será acompañado por los jóvenes abogados Silvina Sadir y Juan Miguel Cardozo Traillou. Antes de resolverlo, Eduardo Fellner, Rubén Rivarola y Guillermo Jenefes, desecharon en una votación reservada la posibilidad de que ese segundo lugar fuera ocupado por Carolina Moisés, quien a pesar de ser cada vez más virulenta contra la conducción de la Provincia y del PJ, tenía -igual que su padre Julio Moisés- muchas fichas apostadas a esa suerte de indulgencia y extraña unidad que por ahora, se postergó sin fecha. Al FPV, como al Gobierno, se le abrieron varios frentes, pero su conducción tricéfala confía una vez más en lo que ellos denominan unidad monolítica y en la fuerza de la poderosa maquinaria de ganar elecciones que hasta ahora, jamás le ha fallado.

Si es verdad que no habrá 2015 sin 2013, en Jujuy para muchos, ni habrá octubre sin agosto. Sólo por husmear un poco más en la intimidad de la política, el famoso mozo de una de las tradicionales jabonerías del centro fue consultado por el periodista. Con aire tristón respondió: “Ya no tengo mucha información. La política ha cambiado tanto que ahora, para el armado de las listas provinciales, antes que a la jabonería, tendrán que concurrir a "afters’ y karaokes, si quieren recoger buenos datos”, y se retiró sin levantar el pedido.

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